Tomeu Terrasa

El éxito del Palma Futsal tiene nombres y apellidos: José Tirado. Es el jefe, lo controla y hace de todo. Su capacidad de trabajo es brutal. Nunca olvidaré que -hace ya muchos años- un entusiasta Tirado me asaltó mientras repostaba gasolina en Sa Porrassa (Son Ferrer): “Tomeu, me voy a jugar a Italia”. Siempre nos ha demostrado un cariño especial a mí y a los míos.

Fiel a sus raíces

Cuento esto porque Tirado, que ahora es aclamado y adulado, sigue siendo afortunadamente el mismo. Ese chico de Son Ferrer sigue con los mismos amigos y echando muchas horas de su tiempo libre en el polideportivo de Son Ferrer colaborando y aportando ideas para el futsal base. Su faceta más desconocida es la de seguir ayudando a los más vulnerables intentando engancharles al “futbito”.

El Molango de los humildes

Tirado tiene una muy buena puesta en escena: impecablemente vestido y con un discurso muy medido. Lo que hace que se le compare, en muchas ocasiones, al consejero delegado del RCD Mallorca Maheta Molango. Grave equivocación para mí. No tienen nada que ver el uno con el otro. No porque uno esté educado en Suiza y el otro en Calvià o porque uno cobre mucho más que el otro. Ni tan siquiera el color de su piel.

Es un motivo de gran diferencia: la clave está en que Molango lo tiene todo y Tirado lo hace todo, pero solo. Creanme, los dos son grandes ejecutivos y brillantes. Pero incomparables. Tirado está solo ante el peligro. Molango capitanea un ejército de gente a su alrededor. Al jefe del Palma Futsal lo podemos comparar a muchos otros directores deportivos o consejeros delegados de clubes humildes, pero no a su amigo suizo. En lo único que sí son semejantes y comparables es que son gente de destacados valores humanos. Un lujo para los tiempos que corren en el fútbol.

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