Tomeu Maura

No me han gustado en absoluto las declaraciones de Oltra en rueda de prensa. Empatar dos partidos consecutivos en casa y manifestarse “satisfecho” no tiene nada que ver con el objetivo del equipo. El nivel de exigencia del entrenador es muy bajo, y eso se traduce en el comportamiento de los jugadores sobre el campo. Los números, de momento, son desastrosos.

El Mallorca ha sumado 5 puntos contra los 12 equipos que le preceden en la clasificación (contra algunos aún no ha jugado), y otro dato estadístico aún más aterrador. Sus cinco victorias proceden de triunfos ante el 22º, el 20º, el 18º, el 16º y el 12º. El equipo no ha sido capaz de ganar a nadie situado entre los once primeros de la Liga.

Es cierto que da la impresión de que el Mallorca está en línea ascendente. Pero eso no basta. Lo cierto es que si pierde en Riazor el próximo domingo se queda a ocho puntos del ascenso directo. Y eso son casi tres partidos de distancia. Demasiado. Lo que no se puede consentir bajo ningún concepto es que se llegue a Navidad con el único objetivo del playoff.

¿Tiene culpa Oltra o es que no hay más cera que la que arde? Me cuesta mucho creer que el Mallorca tenga una plantilla tan mala que es incapaz de ganar a ninguno de los once primeros. También me cuesta mucho creer que cada vez que marca un gol sea necesario meterse atrás de esta forma. Lo que sí sé que no me gusta es el discurso conformista del entrenador. Con eso sí que sé que no vamos a ninguna parte.

 

 

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