Ernest Llor, un ‘currante’ del fútbol, lo deja

Tras nueve años en Tercera, ocho de ellos en el Alaior, el ‘ciutadellenc’ cuelga las botas y en principio descarta jugar en Regional

 

Uno de los jugadores más emblemáticos y ejemplares de esta última década en la Tercera División, Ernest Llor (Ciutadella, 1979), se despide tras toda una vida jugando al fútbol. Formado en la UE Sami, se marcha en silencio, como lo hacía cuando jugaba. Trabajando siempre para el equipo y desde el anonimato. Y siempre siendo pieza angular en su Alaior de toda la vida durante ocho años, y uno en el Mercadal de Yeray Rodríguez.

Y bien Ernest, ¿ha llegado el momento de la despedida?

Creo que hoy por hoy sí es una despedida, aunque no descarto volver algún día, sea de jugador o entrenador. Las razones son básicamente personales, nada más.

Imagino que le ilusionaba retirarse con su Alaior en Tercera…

Por supuesto, pero las circunstancias han querido que eso no fuera así y lo siento mucho.

¿Ha sobrado este último año del Alaior en Tercera?

Hizo lo que tenía que hacer. Tal vez ha faltado una mejor planificación y organización me parece.

 ¿Es un adiós definitivo?

Nunca puedes decir que de este vaso no beberé, pero creo que esta vez sí es seguro.

¿Y jugar en la Regional?

Me sabe mal decir que en estos momentos no me veo en la Regional. Me falta un plus de motivación y deseo para jugar.

¿No cree que le entrará mono de fútbol este invierno?

Supongo que sí, como todos, pero estoy mentalizado. Me dedicaré a otras cosas que con el fútbol no he podido hacer o que no me ha permitido dedicarle tiempo, como a la familia y a mis aficiones.

Dicen que se retira un currante del fútbol en Tercera…

Así es. Siempre he intentado ser humilde, trabajador y constante en mi labor. Sólo la gente puede decir si lo he conseguido.

Usted que ha vivido la evolución del fútbol insular. ¿Quién lo viera y quién lo ve?

Desde mis inicios la gente jugaba al fútbol porque le apasionaba, lo amaba; y si te compensaban con un incentivo económico mucho mejor. Hoy en día esto no es así. El jugador para jugar quiere cobrar y punto. También se trabaja mucho mejor el fútbol base, como se ha visto últimamente con el salto a categorías superiores de futbolistas de la Isla y ascensos de equipos insulares. Y se ha mejorado las instalaciones, por lo que diría a los jóvenes que disfruten el día a día, valoren lo que tienen y que el valor humano es muy importante.

¿Con qué mejor y peor momento se queda de su carrera?

-El mejor no sabría decir, pero recuerdo mucho es el día que mi padre por primera vez me trajo al campo del Sami para realizar un entrenamiento y poder fichar. O el día que hice mi primer gol con el Alaior en Tercera. Y del peor, el reciente descenso del Alaior.

¿Por qué no ha jugado en el Atlètic nunca siendo de Ciutadella?

Supongo que ya de joven y siendo siempre del Sami, por falta de afecto y la rivalidad que había entre los dos equipos punteros de Ciutadella. (Risas).

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