Pau Cendrós: “Dolió salir del Mallorca, era mi equipo, mi casa”

Pau Cendròs tras su fichaje por el Gent

Ha sido uno de los futbolistas más queridos por la afición del Mallorca en los últimos tiempos. Su carácter, aguerrido dentro del rectángulo de juego y dicharachero fuera de él, propiciaron que aficionados, prensa y sobre todo compañeros le tuvieran en gran estima. Sin embargo, y pese a ser titular indiscutible en el equipo que casi entra en Europa, el verano pasado Joaquín Caparrós decidió sorprendentemente prescindir de sus servicios. Ahora trata de librarse un futuro en otra liga, otro fútbol, otro país. Asegura que es feliz en Bélgica, pero que también echa de menos el Mallorca y su isla. Y es que rebosa mallorquinismo por los cuatro costados. Es Pau Cendrós, un personaje con duende.

¿Cómo va la vida por por Bélgica, Pau?

Bien, la verdad es que muy bien. Gante es una ciudad pequeña, como a mí me gustan, muy bonita, con un centro histórico preecioso… y la gente se está portando muy bien conmigo. Además, a diferencia de otros sitios, aquí todo el mundo habla inglés y no tiene ningún problema con ello.

¿Y el fútbol cómo va? Al principio eras titular, pero ahora llevas una racha de partidos sin apenas jugar…

La cosa empezó muy bien. El míster tenía mucha confianza en mí, el equipo iba dentro del proyecto que es entrar en Europa… y de repente echaron al entrenador por unos problemas con la directiva. Y todo cambió. En su lugar trajeron al entrenador del equipo que iba último, y éste dejó de contar conmigo. Desde entonces no he jugado, a pesar de que hemos cosechado una racha horrible de resultados. Lo normal es cambiar cuando no ganas ningún partido, pero él no lo hacía. Y ahora justo cuando empezab el parón de Navidad, le echaron.

Y han traído a Víctor Fernández, un viejo conocido del fútbol español.

En principio creo que puede ser una ventaja para mí, porque te entiendes más fácilmente. A ver cómo funciona, cómo se adapta a la liga, y a ver si entre todos conseguimos salir de esta complicada situación que se ha creado. El año que viene estrenamos estadio nuevo, con el que el club se está volcando mucho, y el objetivo es luchar por Europa.

Pero estáis muy lejos de los seis primeros…

Pau Cendrós, en su presentación con el Gent belgaSí, pero aquí el formato es diferente. Primero hay una fase regular, hasta marzo, y los seis primeros se juegan el título más los puestos de Champions y Europa League. Del 7 al 14 hacen otras eliminatorias, y el campeón de éstas se juega con el quinto del playoff por el título un puesto en Europa. Y los dos últimos se juegan bajar. Así que ahora hay que tratar de conseguir el máximo número de puntos posible puesto que en esa segunda fase se tienen en cuenta, y luego tratar de ganar esa liguilla y la eliminatoria final. Por ahí pasan nuestras posibilidades…

Sois tres españoles ahí. ¿Cómo os lo montáis?

Con César Arzo y Melli nos juntamos mucho, la verdad. Enseguida que tenemos un momento nos juntamos, y sí que hemos creado una buena amistad. Cuando estás lejos de tu casa, y encima en un sitio en el que no se habla tu lengua, haces mucha piña. Además son muy buena gente y sí que hemos hecho un buen grupito.

Tú siempre te has caracterizado por ser un tío muy alegre, jaranero, siempre inspirando risas en el vestuario… ¿allí te has cortado un poco o sigues igual?Aquí es que son muy serios, entrenan muy serios, no se plantean reir y trabajar a la vez. Por eso al principio me costó un poco más. Pero bueno, yo soy como soy, y hago las coñas igual. Aunque hay muchas veces que no me entienden, por el idioma y porque hay gente que viene de muchos sitios distintos, pero da igual, yo hago la mía. Y lo cierto es que hay un buen grupito…

¿Eso es lo que más echas de menos en el Mallorca? ¿Ese vestuario?

Probablemente sí. En España se nota que todos veníamos más o menos de un mismo sitio, que todos hablábamos el mismo idioma, y eso hace mucho vestuario. Luego también está claro que la Liga es totalmente diferente, que se trabaja de una forma muy distinta. Pero sobre todo lo que más echo de menos es mi isla. Estaba muy bien en Mallorca. Estaba en mi casa, jugando con mi equipo, cumpliendo mi sueño. Echas mucho en falta eso, a la gente de la isla que cuando paseabas te saludaba, te daba fuerzas… y más con la temporada que hicimos el año pasado, que casi alcanzamos Europa.

Tu salida del Mallorca fue un poco rara… ¿te dolió?

Al pincipio sí que hizo daño, porque te dicen que tienes que dejar un club que tú sientes como el tuyo. Con el año que habíamos pasado, lo bien que habíamos estado, y yo con la confianza del entrenador, jugando casi todos los partidos… pues no me lo esperaba. Y por eso me lo tomé muy mal.

Pero bueno, a los pocos días ya ves que tienes que cambiar el chip, te tienes que hacer a la idea de que tienes que buscar otro equipo y seguir adelante. Así es el fútbol, pero está claro que te duele más porque tienes que salir de tu casa. Yo estuve varias temporadas saliendo de un equipo y entrando en otro por cesiones, y no es lo mismo, porque sales de tu casa y sales del club en el que has estado siempre. Pero ahora ya estoy en otro mundo, estoy en otra cosa, en otro proyecto…

¿Te ves volviendo al Mallorca algún día?

Sí, claro. Por qué no. Yo soy mallorquinista, es mi equipo, mi tierra, y sí, sí que me veo volviendo, por supuesto.

Caparrós, que ya no cuenta con Ximo, declaró hace poco que necesita laterales derechos…

Está claro que ves cosas y piensas que a lo mejor tú podrías estar ahí, pero bueno, son cosas que pasan, así es la vida. Cada uno tiene que buscarse su sitio.

¿Y estaba tu sitio en Bélgica? ¿No tuviste ninguna oportunidad de seguir en España?

Nos encontramos con poco margen de maniobra porque no nos esperábamos la decisión del Mallorca. Al final aparecieron un par de opciones, y mantuve una conversación con Melli en la que me convenció para ir ahí porque era un buen sitio, cómodo, tranquilo, con una liga bonita, y me ofrecieron unas condiciones buenas y así se fraguó todo. Además era un sitio que no está lejos de Mallorca, y a eso también le di mucha importancia.

¿Cómo ves al Mallorca esta temporada? Está jodida la casa…

Sigo mucho la actualidad del equipo desde aquí. Lo cierto es que les pasó más o menos como a nosotros. Se metieron en una dinámica en la que no ganas, y no sabes por qué no ganas, y es muy difícil salir. Juegas más o menos bien un partido, crees que no has hecho méritos para perder, pero te das cuenta de que lo has perdido. No te queda otra que cortar esa dinámica como sea y lo antes posible.

¿Confías en la salvación?

Sí, desde luego, hay plantilla de sobra para ello. Además por lo que he visto la gente, la afición, está con el equipo, y eso se nota, eso sale sobre el campo.

¿Cuál fue tu mejor momento como jugador del Mallorca?

No me puedo quedar con un partido, con un momento, con una victoria… Me quedaría sin duda con el hecho de debutar en Primera con el equipo de tu casa y sentir el apoyo de todo el mundo. Seguramente si hubiera debutado en otro equipo no hubiera sentido lo mismo. Hacerlo en tu casa, en tu equipo, con el apoyo de los tuyos es lo más grande. Y que tu vecino, el de enfrente, el de la otra calle, te paren, te saluden y te feliciten es con lo que te quedas. Al final el fútbol pasa y son esas cosas las que quedan.

¿Un entrenador?

He tenido bastantes, y me gusta coger un poquito de cada uno. Los he tenido muy buenos, pero quizá podría destacar a Luis García, que me llevó primero al Benidorm y después ya al Levante en Segunda, y me dio mucha confianza. También con Oltra estuve muy bien en el Tenerife… De todos puedo hablar bien, porque lo cierto es que todos me han tratado perfectamente. No he tenido ningún problema con ninguno de ellos.

¿Y un compañero? ¿Alguno con el que hayas hecho más amistad?

A ver. Hay gente que es más introvertida, y va siempre con un amigo o dos. Pero es que yo, al ser más abierto y además haber estado en varios equipos, te podría decir muchos amigos. Me llevo bien con todo el mundo. Pero quizá con quien hice más migas fue con Ramis, Martí Crespí y Víctor en el Mallorca. Luego también con Juanlu en el Levante pasé un año muy bueno, o con Alfaro el año de Tenerife, que parecíamos novios porque estábamos todo el día juntos, vivíamos al lado, nos juntábamos para todo… Cada año vas conociendo a gente diferente, y te van quedando muy buenos recuerdos.

¿Y Pereira cómo es como compañero?

Para mí fue un buen compañero. De verdad. Tampoco es de los más graciosos, porque no todo el mundo puede ser igual, pero en dos años con él nunca tuve ningún problema. Estamos ahí para entrenar, y me parece un profesional como cualquier otro. No puedo decir otra cosa más que fue un gran compañero.

Las últimas palabras de la conversación giran, cómo no, sobre Mallorca, y lo mucho que echa de menos su tierra Pau Cendrós. Me habla de lo bien que ha estado ahí unos días atrás, durante el descanso invernal de la liga; de la comida mallorquina -ensaimada y coca de gató incluidas- que se ha llevado a tierras belgas, “todo lo que sea nuestro no falta”; y del disco que estaba escuchando cuando le he llamado, un regalo de Navidad: el último de Tomeu Penya. No podía ser de otra forma. Genio y figura.

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