Crónica Juvenil DH: Damm 3-0 Juv. Sallista

El trio arbitral con los capitanes del partido

Alineaciones:

Damm: Ivan, David ( Muñoz min. 55), Borja ( Gabri min. 60), Robert (Padilla min. 65), Campos, Hector, Brian, Lluis, Rubén, Medina, Diego.

Juv. Sallista: Sergio, Kike, Niki (Martí min. 60), Bernat (Sacha min. 80), Millán, Javi, Iván (Juanito min. 65), Cortés, Manu, Cesar, Barto (Angel min. 70).

Goles: 1-0 Median, min. 47, 2-0 Rubén min. 75, 3-0 Hector min. 87.

Árbitro: Molina Fernández.

Tarjetas: Por el Sallista doble amarilla y expulsión a Cesar en el min. 28 y 64, amarilla a Barto min. 36, Bernat min. 47, Millán min. 80, Martí  min. 83, Kike y Sergio min. 88.

Comentario:

Tarde soleada en Barcelona para recibir a dos conjuntos separados por 22 puntos en la clasificación, lo que hacía prever un encuentro placido para el conjunto local. Sin embargo, el equipo cervecero pronto comprobaría que no lo iba a tener ni mucho menos fácil para llevarse los tres puntos.

El dominio del balón mostrado por La Damm, no se traducía en ocasiones de gol, ante un conjunto Sallista bien plantado en defensa, con un centro del campo concentrado y agresivo, y unas puntas incisivas al contragolpe, que iban a poner en más de un apuro al meta Iván y a su defensa.

Pasado el arreón inicial, La Damm iba perdiendo fuelle, mientras el Sallista mantenía la intensidad en todo momento, llegando al descanso con el marcador inicial y la moral intacta.

Tras el paso por los vestuarios, el Sol se había ocultado, y con el pareció llevarse la concentración del equipo Inquero. Así, en la primera acción del segundo tiempo, la defensa falla en un despeje que es interceptado por la espalda de un atacante rival, quedando el rechace entre el defensa y el portero Sallista. Una falta de entendimiento entre ellos, propició que Medina se interpusiera entre ambos y mandara el balón al fondo de la portería.

No se descompuso el Sallista, y siguió presionando al equipo local en todas sus líneas, y lanzando rápidos contragolpes que ponían en serio peligro la victoria local, hasta que el colegiado decidió aunar esfuerzos con los locales para frenar el ímpetu Sallista. Comenzó a amenazar con la expulsión a los jugadores visitantes, con frases como “niñato, te voy a echar”, “voy a ir a por ti”, y otras similares, y comenzó el baile de faltas inexistentes señaladas en las cercanías del área defendida por Sergio, y el baile de tarjetas. Comenzó por Cesar, al que había mostrado en la primera parte la que quizás fue la única tarjeta merecida del encuentro, y en una jugada en el centro del campo en la que arrebata el balón al centrocampista local, le muestra la segunda amarilla ante la incredulidad de unos y otros. Cesar le pregunta el porqué de la tarjeta, ya que no ha sido ni falta, a lo que el colegiado responde “porque lo digo yo”.

Guillem Llaneras movió pieza, y sacó del banquillo la artillería que le quedaba, en un intento de recuperar las tablas en el marcador, pero pronto se vio que iba a ser una tarea harto difícil, ya que el mínimo contacto en el juego, era siempre señalado como falta a favor del equipo cervecero.

La moral del conjunto Isleño comenzaba entonces a decaer, y las imprecisiones se hacían patentes. Así, en el minuto 75, llegaría el segundo gol local, en una jugada similar a la del primero. Balón despejado sobre la espalda del delantero local que hacía la presión, y Rubén se queda mano a mano con Sergio, batiéndolo irremisiblemente.

Las tarjetas seguían cayendo del lado visitante una detrás de otra, deteniendo el juego en todo momento en un partido que no podía ser más limpio por uno y otro bando. Así, en las postrimerías del partido, con el Sallista volcado en un intento de acercarse en el marcador, Hector aprovecho una jugada por banda izquierda para rematar a bocajarro el 3 a 0 definitivo.

Solo el comportamiento ejemplar de los jugadores de uno y otro equipo, así como de los técnicos y público asistente, evitó que un partido que fue de guante blanco acabara mal, por la inoperancia del “señor” del pito.

Para completar la tarde de despropósitos arbitrales, la redacción del acta. De las 8 tarjetas mostradas a los jugadores mallorquines, únicamente dos fueron por una entrada, y una tercera por un agarrón. Otras dos fueron por protestar, otra por una queja en voz alta de un jugador hacia sí mismo, la sexta por hacer un pase del balón con el hombro a un compañero, y la séptima fue al capitán por acercarse al árbitro sin mediar palabra. Pues bien, en el acta, el “señor” Molina Fernández indicó que TODAS las amonestaciones fueron por “derribar a un contrario en la disputa del balón”

Para desgracia del futbol, estoy seguro de que en este partido no debía haber ningún observador del colegio de árbitros, porque de ser así, este “señor” no volvería a arbitrar un partido en su vida.

SFC para Fútbol Balear

Fotos S. Sanz para Fútbol Balear



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