Reflexiones sobre los comportamientos del público, jugadores, entrenadores… en los torneos de fútbol festivos y solidarios

.

Las pasadas fiestas de Pascua he tenido la oportunidad de presenciar diversos torneos de Semana Santa de fútbol base y un triangular solidario y la actitud del público y jugadores me ha impresionado gratamente. Es increíble pero cierto: “Es posible un Fútbol sin insultos”.

No alcanzo a entender como en todos esos partidos ha reinado el fair play, ha reinado el respeto, la educación y el fomento de los valores que nuestros jóvenes merecen. No he escuchado ni un solo: “¡¡ árbitrooooo…!!; no he escuchado ni un solo insulto, ni amenaza, ni un solo reproche a las equivocaciones arbitrales. ¡¡ No lo entiendo!!…. ¿Se ha vuelto loco de repente el “respetable”?… Pienso que nuestro deporte rey es un cúmulo de sinsentidos y esta situación es uno de ellos. ¿Por qué no se respeta siempre al adversario y al árbitro como se hace en este tipo de torneos?… No entiendo, y no me cansaré de repetirlo, como algunas de esas mismas personas, que son capaces de disfrutar educadamente de una tarde de fútbol en un torneo festivo, se transforman en verdaderos energúmenos cuando lo que hay en juego son tres puntos de una liga regular. Es triste pensar que ganar a cualquier precio: ganar, ganar y ganar como infinitivo que refleja el obtener lo que se disputa en un juego, batalla, oposición, pleito, etc. pudiera ser el objetivo principal de los equipos…¿es esa la cultura y los valores que queremos para nuestros menores? No entiendo, por más que le de vueltas al coco, como las mismas personas que son capaces de ver un partido de fútbol sin agresividad en un torneo de Pascua o en un partido amistoso o de pretemporada se transforman peligrosamente cuando asisten a un partido de liga regular dónde hay tres puntos en juego y destaco que no sólo hablo de aficionados, hablo también de directivos de clubes, de entrenadores, delegados y por supuesto de los jugadores.

Creo que hay que cambiar los modelos y hay que mejorar la educación de nuestros jóvenes inculcando a diario los muchos valores inherentes al deporte y, por supuesto, hay que evitar fomentar que lo único que vale para “triunfar” es el ganar a cualquier precio. Me encantaría un fútbol respetuoso con los árbitros en todos los partidos y no solo en los encuentros amistosos, benéficos y en los torneos festivos, ya que si conseguimos respetar al árbitro respetaremos a nuestros menores al pautarles unos modelos de educación y unos valores positivos y no la idea de que lo único importante es ganar a cualquier precio. Por último sigo reflexionado sobre la utópica afirmación del célebre José Luís Coll, quien postuló que: “Un país habrá llegado al máximo de su civismo cuando en él se puedan celebrar partidos de fútbol sin árbitros”.

arbitrajebalear.com

Más noticias que te pueden interesar

Comenta esta noticia

Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.