Crónica UEFA Euro 2020-21(Fase de Grupos): España 0-0 Suecia

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Alineaciones:

España: Unai Simón, Marcos Llorente, Pau Torres, Laporte, Jordi Alba, Rodri(Thiago Alcántara min.66), Pedri, Koke(Fabián min.87), Dani Olmo(Gerard Moreno min.74), Ferran Torres(Mikel Oyarzabal min.74) y Morata(Sarabia min.66)

Suecia: Olsen, Lustig(Krafth min.75), Lindelof, Danielson, Augustinsson; Larsson, Olsson(Cajuste min.84), Ekdal, Forsberg(Bengtsson min.84) Berg(Quaison min.69) e Isak(Claesson min.69)

Goles: 0-0

Árbitro: Slavko Vinčić asistido en bandas por Tomaž Klančnik y Andraž Kovačič (SVN). Cuarto árbitro Davide Massa (ITA). VAR Bastian Dankert (GER). AVAR 1 Chris Kavanagh (ENG). AVAR 2 Lee Betts (ENG). AVAR 3 Kevin Blom (NED)

Tarjetas: amarilla para Lustig min.55 por Suecia

Estadio: La Cartuja(Sevilla)

Comentario:

Es imposible no amar el fútbol, un deporte donde en infinidad de ocasiones no gana el que más lo merece. De ahí su grandeza. Así sucedió en La Cartuja, donde España debutó en la Eurocopa con un empate sin goles ante una antipática Suecia.

Quisieron los de Luis Enrique infinitamente más que su rival y merecieron mucho más, pero un mal endémico como la falta de gol volvió a frustrar a la roja.

La primera parte de España rozó la perfección. La angustiosa falta de gol que siguen arrastrando los de Luis Enrique fue lo único que evitó la matrícula de honor. Un escenario que invita a un bonito debate, el de escoger entre el buen juego o la nula puntería mostrada por los futbolistas españoles. La superioridad expuesta ante una Suecia que mostró la misma vergüenza a la hora de perder el tiempo y destruir el juego del contrario que Los del Río cantando convertiría en injusto sobreponer la segunda opción. No acabar con la maldición en la segunda mitad no ayudó en esta elección.

La roja salió a por el partido desde el pitido inicial, retrasado unos minutos por un agujero en la red de la portería sueca -La Cartuja tiene un color especial-. Ambicioso, el equipo de Luis Enrique dominó con absoluta autoridad, amasando el balón por momentos de forma insultante. Amante de las sorpresas de última hora, el técnico se había guardado un as en la manga y situó a Pedri en el once, convirtiendo al canario en el debutante español más joven en una fase final. En un año, Pedri ha madurado más que muchos futbolistas en toda una carrera.

El capitán de nuevo cuño Jordi Alna disfrutaba llegando a la línea de cal y poniendo centros que siempre agobiaban a Lustig o Danielson. En la otra banda, Marcos Llorente confirmaba que el lateral es una jaula para él, pidiendo a gritos más capacidad para sorprender con sus llegadas desde segunda línea, aunque cumplía a la perfección con su labor, mucho menos brillante que Alba, eso sí. Ese papel de factor sorpresa lo asumió Koke, convertido por su experiencia en la prolongación de Luis Enrique sobre el verde. Curiosa la imagen del asturiano, sentado sobre una nevera en la inmensidad del área técnica de estadio.

Tardó España en transformar su dominio en ocasiones pero cuando se puso manos a la obra, Olsen se ganó el sueldo. Comenzó la ruleta Dani Olmo, uno de esos futbolistas que sin la valentía de Luis Enrique se haría difícil imaginarle como titular en una Eurocopa. Al cuarto de hora, la mano izquierda de Olsen le privó de inaugurar el marcador tras un cabezazo muy franco. Después fue Koke, por partida doble, el que mandó fuera sendos disparos, uno muy cruzado y otro alto cuando los 12.517 espectadores de La Cartuja, incluidos los más de 2.000 suecos, ya intuían el gol. Bendito el regreso del público, oxígeno para el deporte y señal de que se empieza a ganar la batalla a la pandemia. Pero si alguien desesperó a la afición española fue Morata, al que Danielson entregó el gol en bandeja antes del descanso y en lugar de abrir el regalo, el madrileño lo lanzó a la basura, asomando algunos silbidos en la grada.

No daba señales de vida Suecia que, eso sí, la única vez que pisó el área en el primer acto no se llevó a España por delante de milagro. El disparo de Isak lo sacó Llorente bajo palos y la pelota rebotó en el poste antes de aterrizar en las manos de Unai Simón, demasiado tímido en la salida al inicio de la jugada.

Manejó bien los nervios la selección española al descanso, manteniendo la calma y consciente de que había encontrado el camino del triunfo. Sólo le faltaba rematar. Eso sí, las revoluciones bajaron en la segunda mitad, que discurrió bajo el mismo patrón pero con mucha menos lucidez. De hecho, esta vez fue Suecia la que adelantó el susto, de nuevo fabricado con el magisterio de Isak, brutal su exhibición en La Cartuja. El pase del delantero centro de la Real Sociedad no supo rematarlo el veterano Berg en el segundo palo, superados todos los defensores españoles.

Los nervios florecieron rápidamente en el banquillo español, sumido el partido en una dinámica que no auguraba nada positivo para sus intereses y Luis Enrique empezó a dar refresco a sus hombres. Morata, de nuevo silbado tras fallar un disparo, abandonó el campo. Poco después, entraba Gerard Moreno, aclamado por La Cartuja como Míster Marshall, sin demasiada explicación plausible. Los cambios dieron aire a España, que se pasó hasta el pitido final atacando sin prisa pero sin pausa, mientras Suecia se dedicaba a ralentizar el juego con descaro.

Hasta el final, al que se llegó sin goles. España ya sabe lo que le toca: apuntar mejor y marcar. Sin o, esta Eurocopa se le hará muy corta. El debate del gol está oficialmente abierto.

 

Redacción
lavanguardia

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