Antoni Alzina, fin del ciclo

El presidente del CE Alaior cesa en el cargo a final de mes después de seis años en los que ha saneado gran parte de la deuda aunque no ha evitado la pérdida de status de la histórica entidad

Antoni Alzina. Ha cubierto seis años especialmente difíciles al frente del CE Alaior – Archivo

Cambio de ciclo a la vista en el CE Alaior. Antoni Alzina, su abnegado presidente durante los últimos seis años al que le ha correspondido desempeñar el cargo en una época especialmente delicada por el azote de la crisis y la pérdida paulatina de status de la histórica entidad, cesará en el cargo a final de mes una vez se complete el proceso electoral abierto en la asamblea celebrada hace un par de semanas.

Alzina es historia viva del CE Alaior, no en vano ya estuvo como dirigente y delegado entre 1970 y 1984, para regresar años más tarde y acceder a la presidencia en sustitución de Luis Arévalo hace seis temporadas cuando nadie quería asumir la poltrona del club. No ha sido una travesía sencilla, más bien todo lo contrario. Bajo su mandato, en todo caso, Alzina ha saneado gran parte de la deuda del club aunque no ha podido evitar el descenso que fue mucho más traumático cuando empezó a atisbarse hace ya varias temporadas que no en la realidad. El fútbol en Alaior, como en otros muchos puntos de la geografía insular, no es lo que era.

“Dejo la economía muy bien encarrilada. Cuando entramos había 130.000 euros de déficit y ahora está prácticamente controlado porque los jugadores foráneos han cobrado y solo queda pagar algo a los de Alaior”, sostiene Alzina, quien quiere agradecer “la disponibilidad de los futbolistas porque han aceptado renunciar a parte de lo que les debíamos”. En todo caso, el todavía presidente no quiere publicitar el estado de la deuda hasta el día que deje el cargo “salvo que los que se interesen por tomar las riendas del club vengan a pedírnoslo y entonces les informaremos de todo”.

Muchas veces Alzina no ha encontrado la colaboración que precisaba porque “cuando las cosas van mal es cuando se ve bien quien está a tu lado de verdad, y a mi me ha faltado colaboración”. Pero, añade, “también he conocido a muy buena gente y otra que me ha defraudado; el tiempo pone a todos en su sitio pero todos saben que yo lo he hecho todo por el club y claro que me he equivocado y se me ha criticado por ello”.

Alzina ya estuvo a punto de abandonar la presidencia hace dos años cuando el equipo había descendido en primera instancia pero luego recuperó la categoría por el ascenso de otros equipos a Segunda B. “Pero no dimitimos porque teníamos dinero firmado y en efectivo puesto en el club y nadie quería entrar y asumirlo; los socios se negaron a que renunciáramos a la categoría cuando yo sigo pensando que hubiese sido lo mejor porque ahora ya tendríamos la economía saneada y no habríamos hecho el papel que hicimos la pasada temporada en Tercera”. Además, añade, “después de la asamblea cuando se acordó seguir en Tercera y salimos a la calle a buscar ayuda sólo uno apoyó de verdad”.

Respecto al presente, Alzina señala que “esta es una temporada de transición, es difícil que después de descender un equipo vuelva a estar arriba. ¿El Ferreries lo está?, allí cuentan con una afición incondicional cada domingo, en cambio aquí como tenemos Mahón tan cerca, antes vamos a comprar allí que en nuestro pueblo”. De todas formas, explica el todavía presidente, “no se levanta al club subiéndolo a Tercera sino trabajando desde la base, se ha de apoyar a la cantera porque si todo continúa igual, y más con los problemas por desplazamientos que hay ahora, vale más que no haya competición entre islas”.

Recuerda Alzina que “cuando el Alaior descendió en 1967 no volvió a subir hasta el 79 y entonces también iba muy poca gente al fútbol considerando que no había todo lo que hay ahora de televisión y ocio”.

El Alaior, asegura Alzina, “tiene un buen futuro por delante pero necesita gente joven que tome las riendas y potencie el fútbol base, lo mejore para que tenga más recursos. ¿Yo?, el Alaior es mi casa, voy tres veces al día al club y hago de todo. Ya no cobra nadie como en otras épocas, en las que se pagaba hasta al tesorero, ahora hay que colaborar otra vez y hay trabajar en todo”.

 

 

Diario Menorca

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