La buena salud del arbitraje

La juventud de Santi Mascaró, Joan Canals y Tito Pons frente a la veteranía de Pau Carbonell, José Luis Bosch o Toni Andreu, algunos de los árbitros de la Isla

En los últimos años el número de colegiados en el fútbol ha ascendido hasta superar el medio centenar de efectivos. Joan Canals, linier de Segunda B, sigue siendo el referente insular.

La salud del arbitraje en la Isla está mejor que nunca. El comité menorquín contará para la próxima temporada con 50 efectivos, “una cifra que nos permite trabajar más y mejor”, asegura Pau Carbonell, presidente de los colegiados junto con José Luis Bosch. Una situación que ha mejorado hasta el punto de que ahora hay que limitar el ingreso de nuevos trencillas, algo impensable hace ocho años cuando llegó Carbonell al cargo, “cuando éramos 25 y suponía un auténtico quebradero de cabeza cuadrar todos los partidos”. Un incremento importante que permite sancionar a los árbitros que no respeten las normas que se exigen para vestir de negro con la expresión temida y mediática de “la nevera”.

“Tener más colegiados para cubrir los huecos me permite amonestar a los que tenemos constancia de que no lo hacen bien o, por ejemplo, son impuntuales”, explica Carbonell, que matiza que para realizar un correcto seguimiento “pagamos a una serie de informadores que nos pasan las evaluaciones”. Otro aspecto que se cuida más ahora es el de las pruebas físicas, “antes casi no necesitaban ni pasarlas y ahora el que no las supera en septiembre tiene un mes de prórroga y si tampoco las cumple no puede pitar hasta febrero, y lo mismo pasa con el examen teórico”. Los 50 árbitros de Menorca se reúnen un día al mes para dar una clase, explicar las novedades y, además, los que son nuevos o los que se preparan para subir de categoría quedan otros días.

Pero si el Comité goza de buena salud, no tanto la repercusión de los colegiados. El ciutadellenc Joan Canals sigue siendo la referencia menorquina a nivel nacional ya que se mantiene como juez de línea en Segunda División B, mientras que Bosch y Pedro Bermúdez son los dos insularesde Tercera División y de la Liga Nacional Juvenil.

Además, Menorca cuenta con 12 árbitros de Primera Regional Preferente, con autoridad para dirigir un partido de la máxima categoría sénior insular así como ocasionalmente algún partido de Nacional, cinco en Primera Regional, cinco más en Segunda Regional y 25 efectivos más que se encargan del fútbol base. Las tarifas de los colegiados varían en función de la categoría donde actúan. Los que dirigen un partido de f-8 cobran 30 euros, los de alevín, 40, los de infantil, 43, los cadetes, 46, en juvenil, 65 y la tripleta en regional se embolsa 220 euros aunque en todos estos precios una cantidad importante va destinada al Comité que debe cubrir los gastos de gestión y del día a día, como luz, agua, alquiler del local y los informadores. El presupuesto del año pasado fue de 17.000 euros “y procuramos que cada año terminemos a cero, sin que quede ninguna ganancia ni ninguna pérdida, si hay beneficio lo reinvertimos en comprar material o premiar a los que han sido más regulares”, desvela Carbonell. O por ejemplo en la fiesta anual que este año tuvo lugar el 7 de julio en Ciutadella aunque antes los colegiados disputaron un partido de fútbol en Es Mercadal.

EL GRAN PROBLEMA

No todo son facilidades en el colectivo arbitral. “En Menorca hay un salto de categoría muy importante porque los árbitros de fútbol base, que pueden dirigir hasta juvenil autonómico, pasan a Primera Regional Preferente, saltándose dos categorías que también tienen que aprobar, Primera y Segunda Regional, que solo hay en Mallorca”, explica Carbonell. Por ello, el comité suele enviar a los colegiados que opten al ascenso entre tres y cuatro partidos por temporada a la isla vecina para dirigir partidos. Los trencillas solo pueden ascender una categoría por año.

Las relaciones de los jugadores menorquines con los colegiados han mejorado en los últimos tiempos. “Ha habido algún caso puntual pero creo que en general hay respeto mutuo y coordialidad”, avanza el presidente de los árbitros, que asegura “el colectivo está abierto a proposiciones para acudir a los clubes gratuitamente para hablar del reglamento”. De hecho, el CE Ferreries solicitó a la entidad que dé una charla al respecto el mes de septiembre para concienciar del respeto que se le debe tener al hombre de negro en el campo.

 

 

Redacción
Diario de Menorca

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