El curioso caso de Joan Vich, el pluriempleado del fútbol

El jugador defiende al Constancia en Tercera división y acaba de ser nombrado secretario técnico del Atlético Baleares, en Segunda B

Jorge Abizanda

Con una tupida barba estilo «hipster» que no oculta una sonrisa casi permanente, Joan Vich (Palma de Mallorca, 26-06-1983) es uno de los jugadores más carismáticos del fútbol balear, donde ha consumido la mayor parte de su carrera luciendo camisetas de equipos de Segunda B y Tercera división. Atento con los aficionados y dispuesto siempre a hacer feliz a los niños con una fotografía, el defensa del Constancia de Inca acaba de ser contratado por el Atlético Baleares como secretario técnico, un fichaje que no llamaría la atención si no fuera porque compatibilizará ambas funciones hasta el final de la temporada. Un caso único en el mundo del fútbol español.

En Tercera división resulta muy habitual que jugadores de las plantillas entrenen a equipos de chavales de la cantera para empezar a formarse como técnicos. Pero que un futbolista en activo ejerza a la vez como secretario técnico en un club de Segunda B es una situación única, la que Joan Vich ha empezado a experimentar esta semana. El Atlético Baleares, equipo del Grupo III de la categoría de bronce que no le renovó a final de la pasada temporada, ha recurrido ahora a su antiguo jugador para reforzar su secretaría técnica. El defensa ya ha empezado a tomar contacto con el trabajo en los despachos, pero este fin de semana cambiará el «traje» para volver a vestirse el uniforme del Constancia, conjunto que le firmó en verano y al que ya había defendido en Segunda B en la campaña 2012-13. La directiva del club de Inca, que intenta colarse en los puestos del playoff de ascenso, no ha puesto ninguna traba y tampoco existen impedimentos federativos para este «pluriempleo».

Vich ha dejado huella en los vestuarios por los que ha pasado y no solo por su torso tatuado con mensajes de superación que recuerdan su paso por el «Proyecto Hombre» en sus años de juventud. Futbolista de raza, siempre ha sabido ganarse el cariño de sus compañeros y también de los aficionados por su carisma. Con su vuelta al Atlético Baleares, conjunto que está luchando por alejarse de los puestos de descenso, regresa al club en el que militó cuatro temporadas, con un año de interrupción para defender al Alcoyano. Por eso, celebró en las redes sociales la oportunidad de retornar a casa.

Joan Vich, sin embargo, no deja en la estacada al equipo que le recibió con los brazos abiertos este verano. El Constancia, equipo que tiene uno de los estadios con mejor césped de toda la Tercera división española, seguirá contando en su defensa con un este espigado (187 centímetros) y veterano zaguero (33 años). Un jugador que ha disputado 98 partidos con el Atlético Baleares en Segunda B, categoría en la que suma siete goles y 137 apariciones porque también en ella luciendo el escudo del Alcoyano y del propio Constancia.

Joan Vich se prepara para vivir una jornada especial, la primera en la que «jugará» en dos estadios distintos en un mismo fin de semana. El sábado viajará a Manacor para defender al Constancia y el domingo estará al tanto del partido del Atlético Baleares en Olot. El fútbol y su familia son sus pasiones y tampoco son incompatibles, como sus cargos de jugador y secretario técnico.

 

ABC

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