Carlos Fernández, el ariete redimido

Carlos Fernández, rodeado de contrarios del Montuïri, ha reencontrado el camino al gol. J. A. RIERA

El delantero del Sant Rafel anotó su primer gol ante el Felanitx después de nueve jornadas de sequía. El inicio de liga ha sido duro para el máximo goleador ´rafeler´ del pasado año, con una expulsión incluida.

PABLO SIERRA DEL SOL

Media la temporada 1998/1999. Fernando Morientes es un joven delantero de 22 años que vive una de sus peores rachas de cara al gol: 17 partidos ligueros sin marcar con la camiseta del Real Madrid, un equipo en el que lleva un año y cuya hinchada ha empezado a cambiar los aplausos por pitos debido a su falta de acierto. Dos goles en el derby ante el Atlético reviven al ariete cacereño, que acaba la temporada con la friolera de 19 tantos en su haber, 17 de ellos en la segunda mitad del campeonato.

La mala racha de Carlos Fernández con la elástica del Sant Rafel ha sido menos prolongada que la travesía por el desierto de Morientes. Sin embargo, el punta de los azules se redimió ante el Fenalitx el pasado sábado de una manera similar a la del ex jugador madridista, en aquel lejano clásico madrileño de finales de los 90.

El rafeler golpeó por fin en el décimo asalto liguero. Una abstinencia goleadora difícil de asumir cuando fuiste el máximo anotador de tu equipo la temporada anterior con once dianas. No obstante, Carlos Fernández se lo toma con filosofía. «No suelo agobiarme, ni siquiera el día que me expulsaron. Estaba trabajando bien y sabía que la pelota iba a entrar tarde o temprano», explica el goleador, redimido por un tanto que borra de un plumazo los cinco palos contra los que se estrelló en las primeras tres citas de la Tercera División.

El gran momento del delantero coincide, además, con el despertar de su compañero de habitación atacante: Adrián Ramos. El joven punta, que aporta «muchísima potencia y velocidad» según Fernández, anotó dos goles ante el Felanitx y ya lleva tres tantos, los mismos que consiguió el año pasado.

Suyo fue el pase que habilitó a Fernández ante los mallorquines, la guinda para una mortífera contra. «Nos compenetramos muy bien. Uno de mis goles fue gracias a un penalti que le hicieron a él. Carlos es un jugador de muchísima calidad», explica Ramos. Juntos esperan afilar los dientes al siempre rocoso Sant Rafel de Mario Ormaechea, actualmente decimotercero en la liga.

Diario de Ibiza

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