Tal como os dijimos el sábado, os podremos contar todo lo que sucedió en ese día de convivencia que había organizado la plantilla del equipo de 3ª Regional, la concentración tuvo lugar en el Port de Sóller a las 13,45 horas, en el Hotel restaurante Miramar, el míster esta vez fué cazado llegando tarde, lo que le costará la correspondiente multa, al fin pagará una, a esa hora todos los jugadores estaban allí junto con sus respectivas parejas, los que la tienen, así como la hija de Edu el portero y los dos hijos del míster, la cosa no podia empezar peor, con un gran susto, que luego al final fué la comidilla de la comida y resultó hasta gracioso, pues oírselo contar al protagonista era toda un poema, os preguntareis que pasó, pues bien el hijo pequeño del mister, Miquel Angel de 5 añitos, que de angelito tiene poco, fué a dar de comer a unos patos que nadaban en aguas del puerto, imaginaros lo que pasó, si , eso mismo que pensais, se fue al agua cayendo al mar, siendo rescatado por una persona que se encontraba en el lugar, pero no os creais que el niño no se supiera defender, ya que salió de debajo del agua y se agarró a una de las cuerdas de amarre de una barca, el susto, su padre y su madre, pero él fresco como una rosa, eso si se le tuvo que cambiar de arriba abajo, menos mal que tenian ropa usada y se le pudo poner algo. Después de ese susto la cosa se normalizó, en parte, ya que faltaba uno de los jugadores Marc y no se tenian noticias de él, pero se empezó a comer escuchando al interfecto contar lo que había sucedido, siendo como os he dicho antes, la anécdota divertida de la comida.

Una vez terminada la comida, un poco de relax y un paseíto para estirar las piernas, a eso de las 16,45 se llegó al campo de C’An Maiol de Sóller y se dirigieron a los vestuarios para empezar a preparar el partido, allí, llegó la noticia de que el jugador Marc, el que faltaba a la comida, había tenido un accidente de coche, que aunque y por fortuna sin consecuencias para´su persona si sufrió importantes desperfectos su vehículo, parecía que nos perseguia la mala suerte, el mister tuvo que poner mucho de su parte, para abstraer a los jugadores de todo lo que estaba ocurriendo y meterlos en el partido, cosa que parece ser así sucedió, ya que se vió un buen partido de fútbol y los juagdores muy enchufados arropados por su afición, el resultado, lo mejor que podía pasar y terminar muy bien un día que no había empezado de lo mejor. A destacar el buen ambiente de convivencia vivido entre todos los asistentes.

HABRA QUE REPETIR.

Puigpunyent y Galilea