Están en Segunda y estarán en Primera: David Fuster

David Fuster
David Fuster

En la Ciudad Deportiva del Villarreal la interacción entre pequeños y grandes es constante. La residencia de promesas, por ejemplo, incorpora las vistas soñadas. A un lado, el campo de entrenamiento del primer equipo; al otro, el terreno de juego del filial. Allí, cuando ya no era un adolescente, llegó David Fuster Torrijos (03-02-1982, Oliva, Valencia). Allí, en algún ir y venir del año 2004, encontraría el tiempo de atender a la pausa, al aroma clásico del futbolista que mejor pisaba la pelota en el mundo. Allí se topó Fuster con Riquelme y lo mimetizó, no es difícil imaginarlo, viéndole esconder el cuero de las piernas rivales e indecentes. Para él, y para su fútbol. Un fútbol virtuoso, coherente con su idolatría infantil hacia Michael Laudrup, que hasta ahora ha practicado lejos de las mejores condiciones posibles, en cada una de las categorías que van de Regional Preferente a Segunda División. Aún así, siempre se las ha arreglado para destacar.

El caso de David Fuster sorprende por tardío. Hasta los 22 años anduvo jugando en el equipo de su pueblo y hasta los 26 en el Villarreal B. Este retraso en su llegada al profesionalismo no destila la incompetencia del jugador. No, David Fuster es a sus 27 años uno de los futbolistas más elegantes de la Liga Adelante. No es explosivamente rápido, pero piensa y decide antes que nadie. Es el suyo un talento otoñal, porque su fútbol evoca con melancolía a épocas lejanas. De golpeo nítido, de zancada alegre, juega de espaldas y de cara y vive feliz con libertad de acción, tras un punta que le fije la zaga, dejándose caer a las bandas para picotear, asomando en el área sin avisar. Además, ha rendido con creces escorado a algún costado e incluso disfrazado de falso delantero centro. Siempre haciendo mejores a sus compañeros, en su curso de presentación con el Elche, una cifra se eleva sobre las demás: 13 goles.

De Preferente, subió a Tercera al UD Oliva. Y de Tercera, subió a 2ªB al Villarreal B. Lo hizo en un partido con aire de encerrona, a domicilio, en la vuelta de la eliminatoria decisiva. Fue en Miranda del Ebro, ante el Mirandés, donde aquel filial de Bruno, Jonathan Pereira y Marcos que, como es costumbre en el club amarillo mezclaba juventud y veteranía, rascó gracias al gol de David Fuster en el segundo tiempo el resultado necesario para escalar hasta la división de bronce por primera vez en su historia. En el siguiente año, Fuster sumó diez goles, pero inmerso en el gran riesgo de estancarse. No podía, a su edad, continuar a un nivel tan bajo para su potencial.

Así, este verano el Villarreal permitió su salida al Elche y ya en enero acumulaba 12 goles. Los rumores de traspaso se multiplicaron. El Villarreal puede ejercer una opción de compra de 400.000 euros -quizá para vender después-, y Deportivo de la Coruña, Osasuna y Valencia andan al acecho. Tras el bajón que vivió tras el mercado de invierno, que ha enfriado su cotización, Fuster trata de superar el vértigo confuso y recuperar la lucidez deslumbrante de los meses anteriores. Mientras, repasamos nuestros apuntes: La realidad, ha añadido a su cuenta el decimotercer tanto; La impresión, no hacerle un sitio en Primera es un lujo inadmisible para nuestro fútbol; El futuro, una incógnita por venir.

DIARIOS DE FUTBOL

Más noticias que te pueden interesar

Comenta esta noticia

Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.