Carlos Martínez: «El fútbol quita salud pero sin él no sería feliz»

Carlos Martínez. Foto FutbolBalear

Carlos Martínez es el entrenador del Platges de Calvià, líder del Grupo B de la Tercera División balear. El técnico pasa revista a sus inicios en el mundo del fútbol como jugador, hasta juveniles, además de los motivos que le llevaron a interesarse por los banquillos. Martínez hace también una radiografía del estado actual del futbol de ca nostra y los cambios que acontecidos en las últimas dos décadas.

Tomeu Terrasa: ¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?

Carlos Martínez: Desde pequeño lo llevo muy marcado. Mi padre fue entrenador y le he acompañado desde los siete años. Me fijaba mucho en como dirigía un grupo humano. Tuve mi etapa breve como futbolista hasta juvenil y empecé a entrenar a un equipo un benjamín hasta ir subiendo categoría a categoría.

Tal vez la de futbolista es la etapa que menos conozca el gran público…

Empecé en el Patronato. En aquellos tiempos había el llamado fútbol sala que, a nivel técnico, es muy necesario recuperarlo. De allí pasé al Mallorca, donde estuve dos o tres años con Antonio Medina y otros entrenadores veteranos, en el San Cayetano, San Pedro donde estudiaba y también empecé a entrenar, para acabar en el Collerense como juvenil. Lo dejé porque quería cambiar de club y no me dejaron. Decidí retirarme y entrenar.

¿Cómo era como jugador?

Jugaba de extremo. De pequeño marcaba muchos goles y era técnico. Pero tal vez era un jugador ‘vaguete’, como se solía decir.

Tenía personalidad y es verdad que una parte importante de donde he llegado es gracias a ello.

¿Fue complicado colgar las botas para pasar a entrenar?

Lo de entrenar llegó con un desamor. Entre que no podía jugar al fútbol y tenía que invertir mi tiempo, me puse a entrenar un benjamín en San Pedro. Al principio lo hacía por pasar el rato. No pensaba llegar a Tercera. Sí estoy orgulloso es haber ascendido desde lo más bajo posible.

¿Cómo se define como técnico?

Me considero un tipo con carácter. Tal vez hay cosas que hacía a los chicos de esa edad que no las haría ahora. Cuando empiezas a tratar con gente del entorno del fútbol te das cuenta que no era un entrenador dócil. Tenía personalidad y es verdad que una parte importante de donde he llegado es gracias a ello. Al final de fútbol sabemos muchos pero el punto fuerte es tener personalidad. La tenía pero no me daba cuenta.

¿Ha cambiado mucho el futbolista desde entonces?

Es verdad que dicen que a los jugadores les gusta menos el fútbol pero creo que, a nivel de Tercera, llegan los que les gusta. Lo hacen por una paga mínima pero por amor al deporte. Es difícil que un juvenil siga si no le gusta el fútbol. A Tercera llegan los que aman el fútbol desde pequeños porque implica muchos sacrificios como venir cuatro días a entrenar después del trabajo y dejar a su familia. Necesitas tener pasión. Hay otras distracciones como las redes sociales o los videojuegos pero, al que le gusta en esencia pura, le da para jugar porque lo siente.

¿Cómo se maneja un grupo humano?

La gestión de un equipo de Tercera con el tiempo, tras 24 años entrenando, uno aprende cosas. No gestiono igual ahora que cuando empecé en Tercera en Andratx. Tal vez en esa época era un sargento de hierro, con mano dura. Quizás era por mi juventud para no dar la sensación que un jugador podía pasarme por encima. Mi gestión hoy es de personas y es verdad es que soy muy disciplinado en la intensidad. Mis valores están muy marcados pero mi relación con los jugadores fuera del campo es muy cordial. No debemos olvidar que esto es una categoría semiprofesional y al jugador hay que cuidarlo. Si no disfruta no vendrá a jugar.

¿Está profesionalizado el futbol de ca nostra?

La organización en Tercera o Preferente sí. Sobre todo si lo comparo con cuando entrenaba al principio. Mi segundo entrenador era un amigo mío y de preparador físico otro que echaba una mano. Hoy tenemos un entrenador de porteros, dos preparadores físicos, dos ayudantes, echamos mano de vídeos y ello te dice que debe gustarte mucho el fútbol para dedicarle tanto tiempo porque.

Exige mucho tiempo…

Al final todos trabajamos y tenemos familia. Muchas veces estás preparándolo a las doce de la noche. La profesionalidad no va en el sueldo sino en la persona. Las categorías amateur están tan profesionalizadas como las realmente profesionales. La diferencia es que quien vive de ello piensa 24 horas en el futbol y nosotros las 24 horas mientras está en su trabajo o con su familia.

Las categorías amateur están tan profesionalizadas como las realmente profesionales.

¿Pensó en dar el salto?

Es cuestión de valer, yo no sé si valgo, además de ser valiente y el momento que puedas hacerlo. Lo importante es estar contento con lo que haces. Me gusta mucho entrenar pero tengo mucha calidad de vida en Mallorca y no tengo la necesidad. Si alguna vez surge una oportunidad buena no renunciaría.

¿Se pierde salud?

A largo plazo, sí. Me considero muy visceral y he perdido tiempo a nivel familiar. La familia se resiente que tiene mucha paciencia pero las pasiones deben vivirse. Si no lo hiciese no sería feliz.

Muchos entrenadores le consideran un referente…

Hay muchos más referentes que yo. En Tercera he hecho buenas campañas pero nunca he jugado una liguilla. Me considero un entrenador de Preferente porque he logrado ascensos. En Tercera la gente está contenta conmigo y creo que lo importante es que hablen de ti, bien o mal. Eso intentamos.

ttdeporte.com

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