Colistas en afición

Aspecto de las gradas de Son Moix durante un partido de la pasada temporada.  Foto: T. Shimada
Aspecto de las gradas de Son Moix durante un partido de la pasada temporada. Foto: T. Shimada

Son Moix es el tercer estadio que menos público registra con una media de 12.214 espectadores

El equipo ha dado muchos argumentos para acudir a Son Moix, pero la afición no ha respondido. La decimotercera temporada consecutiva del Mallorca en Primera División se salda de momento con unos registros deportivos que de mantenerse situarán a este equipo en la historia. Sin embargo, también quedará para el recuerdo la escasa cifra de espectadores que presenciaron en el Ono gestas como la de sumar diez victorias consecutivas en casa.

El Mallorca ocupa puestos de descenso en una clasificación de espectadores, con una media de 12.214 aficionados por partido. Sólo Getafe y Almería concitan menos interés entre su masa social. Inmediatamente por encima del club balear se sitúa el Valladolid, que cuenta con una media de 17.200 espectadores, casi cinco mil más que la institución bermellona.

Hay otro dato que debería hacer reflexionar a los responsables del club. El Mallorca es el equipo que ha sufrido la mayor deserción de espectadores con respecto a la pasada temporada. Este año acuden al estadio un 17,6 por ciento menos de espectadores que durante la campaña 2008/2009. Sólo el Sporting de Gijón y el Almería han sufrido una sangría comparable, con un 14 por ciento menos de asistentes este año.

Pero hay más cifras que hablan del hastío que se ha instalado entre el mallorquinismo. La mejor entrada registrada esta campaña en el Ono –14.672 espectadores en la visita del Getafe– es la segunda peor en Primera División. Se trata de unos números que solo empeora el estadio Juegos del Mediterráneo de Almería. Bien es cierto que Son Moix todavía no ha recibido al Barcelona y al Real Madrid, citas que todos los años congregan a alrededor de 20.000 espectadores en el Ono.

El club cuenta con 14.700 abonados (incluyendo los que se han sacado el carnet durante la campaña de la segunda vuelta), cifra que contrasta con los 12.200 espectadores de media que acuden al estadio bermellón. Estos registros indican que al menos dos mil socios se quedan en su casa en los partidos celebrados en la isla.

Por cierto que el incremento de 700 carnets en la segunda vuelta tampoco se ha visto reflejado en las gradas. El Villarreal atrajo a 12.043 aficionados (la cuarta peor entrada) y el Sevilla congregó a 11.173 asistentes (la segunda peor entrada). El potencial del equipo andaluz y la lucha directa con el Mallorca por la cuarta plaza no pudieron rivalizar con la retransmisión en abierto del choque.

Un bajón muy acusado

Un gran número de clubs han visto adelgazar esta temporada su masa social. Pero ninguno como el Mallorca ha experimentado una disminución tan acusada mientras los responsables del club siguen buscando las causas de tamaña deserción. El Mallorca congeló en verano los precios de los abonos y rebajó un diez por ciento el coste para los socios de la pasada temporada. La iniciativa no caló, a juzgar por la cantidad de cemento que se ve en el estadio mallorquinista todos los domingos.

La crisis económica y las televisiones son señalados como los culpables del bajón de público en los estadios. En el caso mallorquín habría que añadir el diseño de proyectos deportivos muy poco ilusionantes y la ausencia de expectativas deportivas a corto plazo a causa de la crisis institucional y económica que asfixia a la entidad balear. Al tiempo que llevar trece temporadas consecutivas en Primera División, lejos de ilusionar, ha fatigado al mallorquinismo.

DIARIO DE MALLORCA

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