Patri Guijarro: «Tengo carácter y me gusta la responsabilidad, pero asumo mi papel dentro del equipo»

La joven jugadora del Barça espera su oportunidad en la segunda línea del equipo de Jorge Vilda tras cinco meses parada: "Estoy al 100%"

Patri Guijarro juega con un balón en un entrenamiento de la selección en Francia / EFE

Patri Guijarro (Palma de Mallorca, 21 años) pertenece a la que ya ha sido bautizada como ‘Generación del 98’. Junto a Lucía García y Aitana Bonmatí forman un tridente que derrocha calidad, pero que por edad permanece en un segundo plano con un rol revulsivo en este Mundial de Francia 2019. A la centrocampista del Barça no le puede la responsabilidad. «Mi actitud en el campo no va a cambiar porque mi rol sea diferente al Mundial sub-20 donde era la capitana. Voy a decirle lo que sea a quien sea independientemente de que se llame Irene Paredes o Aitana», explica a EL PERIÓDICO en Villeneuve d’Asq, donde la selección prepara el trascendental partido ante una de las favoritas al título, Alemania.

Su presencia en esta cita histórica estuvo en duda hasta el último momento. Un ganglión en el pie que comprimía un nervio le hizo parar en enero e intervenirse quirúrgicamente en dos ocasiones, la última en abril, pero en el último mes y medio ha intensificado su preparación física para estar disponible para Jorge Vilda, de quien tiene toda la confianza: «Estoy al 100%.

Su presencia en la lista ha estado asociada a la duda sobre su estado físico. ¿Cómo se encuentra? Me siento bien. Desde el primer entreno no he sentido nada en el pie y físicamente estoy a tope.

Estos meses de inquietud habrán sido duros. No me esperaba estar en la lista. Me mentalicé para prepararme como si llegase independientemente de que Jorge Vilda me llamase o no. Solo pensaba en entrenar y en hacer algún partido. Han sido meses muy duros, principalmente por la espera. El proceso de recuperación ha sido lento. Primero tuve que esperar un mes para poder operarme en febrero. Y cuando ya estaba recuperándome, se me infectó y tuve que pasar por el quirófano de nuevo en abril. Ese fue el momento más duro, la espera, ver que el plan de terminar la temporada jugando algún partido con el Barça no salía. Todo se complicó, pero al ser solo una infección todo fue más rápido y he podido estar un mes o mes y medio preparándome físicamente a conciencia. Jorge ha confiado en mí y yo he intentado coger el ritmo para encontrarme como ahora. Estoy al 100%.

 ¿En quién se apoyó estos meses? En las compañeras del equipo, especialmente en las que han pasado por lesiones largas. Esta temporada han viajado muchísimo, pero entre partido y partido han estado preocupándose de mí. También mi familia, que en las dos operaciones ha viajado para verme. Mi familia ha sido mi mejor apoyo.

«No me esperaba estar en la lista. Me mentalicé para prepararme como si llegase independientemente de que Jorge Vilda me llamase o no. Solo pensaba en entrenar y en hacer algún partido. Han sido meses muy duros»

La revista ‘France Football’, en su guía especial, le sitúa como una de las jugadoras a seguir junto a Miedema o Graham Hansen, en una segunda línea menos popular pero con mucha calidad. Siento orgullo de que el trabajo que he hecho en las categorías inferiores se valore en este tipo de cosas, pero no pierdo la perspectiva de que soy joven y me queda mucho trabajo. Espero seguir así, aprender mucho de mis compañeras y que en un futuro salgamos en ese top de jugadoras más conocidas.

Tiene un papel muy distinto a la sub-20, pasa de liderazgo a un rol más secundario. ¿Cómo es ese cambio? Estoy igual. Una de las cosas por las que estoy aquí es por cómo soy. En el campo no voy a cambiar, voy a decirle lo que sea a quien sea, se llame Irene Paredes o Aitana Bonmatí. Somos una piña, sabemos que no vamos a decirnos nada a malas, pero es mi forma de jugar y si creo que voy a marcar un gol voy a chutar, no voy a pasarla por miedo. Voy a ser yo misma fuera y dentro del campo. Mi papel como capitana no lo tengo obviamente pero eso es lo único que varía.

¿Tiene mucho carácter? Sí, pero no soy de las que más tiene. Irene Paredes, por ejemplo, tiene mucho carácter. Carácter positivo, papel de líder. Como jugadora ya asumo responsabilidad. Me consideren la líder como en la sub-20 o no, asumo mi papel dentro del equipo. Mi forma de ser no va a cambiar por mi rol en el equipo.

«La gente se está enganchando. No tenemos que olvidar de donde venimos pero tenemos que mejorarlo. Lo bonito del fútbol femenino es que trabajamos para eso»

Forma parte de la bautizada ‘Generación del 98’ con Aitana Bonmatí y Lucía García. Con la calidad de este grupo, parece que el momento cumbre de la selección todavía está por llegar. Ya en la sub-20 dimos un ‘boom’ y las jugadoras jóvenes estamos en Primera División aprendiendo con las mejores, con las jugadoras de la absoluta. Llevamos años trabajando con ellas y tenemos esa pequeña ventaja. Ahora nosotras tenemos la suerte de aprender y desde bien pequeñas llevarlo acabo. Es un momento bueno porque ya las pequeñas llegan a la absoluta y hacen cosas como Aitana y Lucía en el partido del debut. Veteranía, juventud e ilusión son un equilibrio que viene bien en este equipo.

¿Qué absorben de las veteranas? Cuando vienes las primeras veces te preguntas cómo será esto, pero una vez estás dentro ves que hay mucha piña, que todo se lleva bien, y que se traslada al campo. Luego futbolísticamente la intensidad es brutal, lo notas mucho y tienes que estar a ese nivel. Nosotras estando en Barça o Athletic, equipos punteros en la Liga, quizá no lo notemos tanto pero el salto es muy complicado. Aquí todo el mundo tiene veteranía y va al 100%. Físicamente es mucho mejor, y más aún en un Mundial.

Alguna de sus compañeras tuvieron que salir de España para ganarse la vida con el fútbol. ¿Cómo lo hacen para no perder la perspectiva y conocer de dónde viene este fútbol? Nosotras estamos viviendo una época buena pero seguimos evolucionando. Quedan muchas cosas por mejorar y todos sabemos que muchas de aquí, por no decir prácticamente todas, llevamos tiempo trabajando para que el fútbol sea profesional. Ahora tanto en las categorías inferiores como en la absoluta tenemos buenos resultados, la gente lo está notando y se está enganchando. Intentamos mejorar eso dentro de lo que es esta burbuja y de lo que sabemos que ha sido. No tenemos que olvidar de donde venimos pero tenemos que mejorarlo. Y lo bonito del fútbol femenino es que trabajamos para eso.

 «Tenemos que seguir en la misma línea porque las niñas se fijan más en nosotras, pueden tener referentes y tienen medios para vernos que antes no teníamos. Espero que en un futuro la mamá le enseñe al hijo a jugar a la pelota» 

Hay más atención mediática, más patrocinadores, más gente que les sigue. ¿Da vértigo? Personalmente no siento presión. Me gusta que la gente se enganche y nos vea. Es lo que estábamos pidiendo hace años, es lo bueno y lo que queremos que sea para que nos sigan. Puede ser presión porque más ojos que antes están mirándote, pero no creo que este equipo lo sienta ni lo tenemos que sentir. Esto es un Mundial, hemos conseguido tres puntos y quien nos vea estará apoyando, como también en los momentos malos. Es lo que llevamos trabajando tantos años que tiene que hacernos sentir orgullo y felicidad.

Se están convirtiendo en referentes para otras niñas que quieren jugar al fútbol. Tenemos cierta responsabilidad. Sentimos que tenemos que seguir en la misma línea de trabajo porque las niñas se fijan más en nosotras, pueden tener referentes y tienen medios para vernos que antes no teníamos. Ellas también están ilusionadas por ver el Mundial y ver a esas jugadoras. Es bueno porque así las niñas también se animan a que no les dé vergüenza este deporte. Antes se tenía más respeto por hacerlo. Yo no he tenido problemas de pequeña, ni con comentarios ni en mi familia, pero sé que no es lo habitual. Espero que en un futuro la mamá le enseñe al hijo a jugar a la pelota.

elperiodico.com

Más noticias que te pueden interesar

Comenta esta noticia

Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.