Crónica 2ª División B: Unión Deportiva Ibiza-Eivissa 0-1 Atlético Sanluqueño Club de Fútbol

jugada del partido

Alineaciones:

Ibiza-Eivissa: Alex, Gonzalo, Nuñez, Uru(Rodado min.77), Grima, Chavero, Iosu, Javi Serra(Javi García min.68), Candelas(Fobi min.62), Herrera, Germán Saez.

At. Sanluqueño: Diego García, Mario Hernández, Álex Cruz, Jose , Pelón, Alberto García, Dani Del Moral, Abel Gómez(Misffut min.90), Mawi(Dani Muñoz min.83), Nando Quesada, Edu Oriol(Javi Galalrdo min.58).

Goles: 0-1 Dani Del Moral min.69

Árbitro: Albert Ávalos Martos asostido en bandas por Antoni Espadas Navarro y Marcos Fernández Quintero del comité territorial catalán.

Tarjetas: amarilla para Jose min.33 y min.49, Alex Cruz min.58 y Diego García min.85  por el At. Sanluqueño

Comentario:

La Segunda División B ha regresado al estadio de Can Misses de forma agridulce, con una derrota de la UD Ibiza ante el Atlético Sanluqueño, 0-1. Un error defensivo en una falta rematada por Dani del Moral dentro del área ha arruinado el debut en casa del conjunto local, que ha pecado de bisoño en una acción puntual cuando estaba jugando en superioridad numérica por la expulsión del visitante José en el minuto 49.

Al Ibiza le quedaban 20 minutos para tratar de reparar el desaguisado y aunque lo intentó por todos los modos no pudo remontar el vuelo ni el partido. En parte por la actuación bajo palos de Diego, que detuvo todo lo que le lanzaron los rivales con intervenciones de mérito. La falta de acierto en los metros finales y la actuación del portero visitante desembocó en la primera derrota del cuadro insular en la categoría de bronce y en un gris debut en su estadio, ante su afición, que esperaba más de los suyos.

El Ibiza fue mejor y mereció más, pero el fútbol, a veces, no sabe de justicia. La primera parte fue floja en cuanto a fútbol. Juego previsible por ambas partes y exceso de respeto. Pero dejó destellos de calidad en las filas locales. El Sanluqueño trataba de asentarse sobre el rectángulo mientras los de casa retenían el cuero, aunque siempre en posiciones muy alejadas de la portería. Cuando Chavero no conectaba con el balón era Gonzalo quien se encargaba de sacarlo desde atrás, con criterio pero sin arriesgar demasiado.

Así transcurrió buena parte del primer tiempo, hasta que el Ibiza despertó y empezó a telegrafiar balones a los hombre de arriba. Una falta botada por Germán en el minuto 18 constituía el primer tiro entre palos de los de casa. Los visitantes, al final, con un solo disparo entre el arco se llevaron el premio gordo.

Al filo del descanso, Javi Serra se plantó ante el meta en una acción iniciada con un pase entre líneas de Gonzalo, pero el atacante insular trató de superar al meta con una parábola en vez de reventar el cuero y el tiro salió defectuoso, fuera y muy alejado de la portería.

A renglón seguido sería Cristian Herrera quien probaría los reflejos del meta visitante con un disparo dentro del área que salió mordido y que Diego atrapó con apuros. No hubo tiempo para más en una primera parte en la que por parte del Sanluqueño solo se había visto la voluntad de atacar con criterio por la banda izquierda, donde el habilidoso Edu Oriol ponía en jaque a su par, que se llevó un caño como recuerdo y que tuvo que extremar la vigilancia y renunciar durante muchos minutos a ejercer de carrilero en tareas ofensivas.

Al partido le faltaba chispa, revoluciones y elaboración en la zona ancha, donde nadie era capaz de enlazar una jugada con más de cuatro pases seguidos con acierto. Cambió el decorado tras el descanso, sobre todo porque a los cuatro minutos de la reanudación los visitantes quedaban diezmados sobre el rectángulo de juego por la segunda amarilla de su capitán, José, que en el 37 del acto inicial vio la primera.

No podía imaginar mejor escenario el Ibiza que el que se abría ante sus ojos con más de 40 minutos de partido por delante. Dio un paso adelante y se fue con descaro a por el gol, que lo acarició de falta y en jugada, pero el portero Diego estaba en estado de gracia. De todas formas, parecía que era cuestión de tiempo que cayera la muralla del Sanluqueño y que los locales penetraran la empalizada.

Sin embargo ocurrió todo lo contrario y el equipo que estaba en el corredor logró zafarse de su destino con la colaboración de un descuido rival. Las jugadas a balón parado son una válvula de escape para los equipos limitados o los que están contra las cuerdas, como era el caso. Y así, el Sanluqueño pasó de besar la lona a levantar el puño en el ring de Can Misses. Dani del Moral, listo, supo hacerse hueco para recibir solo dentro del área y engatillar a la red.

 

 

noudiario

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