Un gesto que honra al fútbol.

Un gesto que honra al fútbol.

El pasado sábado, el equipo del Recreativo Patronato Atlético de la categoría prebenjamines de primer año, tuvo un gesto que honra al fútbol y al deporte en general; un gesto que debería servir de ejemplo y enseñarnos que jugando a fútbol no sólo se aprende técnica y competitividad, también se aprende compañerismo y empatía. Su entrenador, Pedro Homar, accedió a jugar con tan sólo 7 jugadores el partido debido a que nuestro equipo sólo disponía de ese número de jugadores por lo que le fue mostrada una “tarjeta blanca” al final del encuentro de manos del árbitro Laura Juan.

El padre de uno de nuestros jugadores ha remitido una carta a nuestro Club y a la Federación que creemos resume a la perfección lo grande y transcendente de pequeños gestos como este y la gran ayuda que representa en un fútbol cada vez más educativo y menos competitivo. Compartimos este escrito a continuación:

El héroe del partido

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se dice que un comportamiento deportivo es aquel que se ajusta a normas de corrección semejantes a las que deben observarse en el deporte. En este sentido, se denomina Juego Limpio o Fair Play al comportamiento leal, sincero y correcto en el deporte, especialmente en lo tocante al trato hacia el contrincante. El Fair Play tiene una importancia máxima en el caso de los niños y adolescentes, y la promoción del Juego Limpio se orienta a recuperar el sentimiento de jugar de manera satisfactoria, honesta, divertida.

El concepto de “ganar” cambia, de manera que se puede producir la paradoja de que el equipo que consigue menos goles es el que más gana. Recordemos en este sentido que el máximo reconocimiento en las pruebas atléticas no es siempre para los vencedores, sino para los y las atletas que alcanzan la meta en la última posición, realizando un esfuerzo supremo y por encima de sus capacidades físicas.

En ocasiones nos maravillamos ante las acciones deportivas de grandes astros que son capaces de renunciar a marcar un gol y regalan la consecución del mismo a compañeros de equipo. Gracias a las connotaciones mediáticas de dichos astros y a la existencia de cámaras de televisión o emisoras de radio, dichas acciones provocan comentarios y halagos por parte de los miles o millones de personas y periodistas que disertan sobre la grandeza de dichos actos. Son las grandes hazañas televisivas que los elevan a la categoría de héroes en el elenco de los dioses.

Ahora bien, tendríamos que plantearnos que un verdadero héroe no es aquel que realiza grandes acciones públicas. Los verdaderos héroes de la deportividad son aquellas personas anónimas que, aparentemente sin mayor trascendencia, realizan acciones que nunca llegarán a trascender más allá del comentario de las pocas personas que las han presenciado o vivido.

El día 18 de febrero de 2017, en el campo del equipo del Recreativo Patronato se ha disputado un partido de categoría Prebenjamines del Fútbol Balear. Se enfrentaban el equipo local, Recreativo Patronato, penúltimo en la clasificación, contra el equipo del Sallista del Constancia, último clasificado. El partido tenía una gran trascendencia para los jugadores, de seis años: el equipo que consiguiese menos goles pasaría a ser colista de la clasificación.

El equipo visitante ha acudido a competir con bajas en la alineación, con la consecuencia de tener que competir con un jugador menos de los necesarios para disputar los partidos, igual que en ocasiones anteriores. Los siete pequeños jugadores del Sallista del Constancia se habían situado en el campo para enfrentarse a los ocho adversarios. Y he aquí que ha aparecido la magia del deporte. La grandeza del respeto. La esencia del fútbol, con todas sus

letras, como expresión deportiva. El entrenador del Recreativo Patronato ha decidido retirar a uno de los jugadores, para disputar el encuentro en las mismas condiciones, con el mismo número de jugadores.

Lo importante ha dejado de ser el resultado, en el que el equipo del Recreativo Patronato ha conseguido menos goles, pasando a ocupar la última posición en cuanto a puntos, pero campeón ya en deportividad y respeto. Lo realmente importante ha sido la gran lección que el entrenador local ha enseñado a sus jugadores, a los del Sallista del Constancia y a padres y madres de estos niños de seis años que se han abrazado al final del partido, compartiendo la pena de ser los “peores” de la clasificación, pero los mejores en honestidad y dignidad.

No cabe otra que felicitar y dar gracias al entrenador de los Prebenjamines de Recreativo del Patronato. Ha sido maravilloso ver la entrega con que animaba a sus jugadores, la manera de generar una sonrisa en el joven portero local que se había lesionado y al que ha sacado del campo “a caballito”, la manera de emocionar a padres y madres de ambos equipos. Su comportamiento lo eleva a la categoría de héroes, pero no la de los héroes mediáticos, sino de aquellos que no necesitan mostrar su identidad para reivindicarse.” 

Constancia

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