“Torito” Cavenaghi: adiós a un gran profesional

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Tomeu Maura

Ya os anunciaba ayer que el de hoy sería el último entreno de Cavenaghi con el Mallorca. En estos momentos está haciendo las maletas para marcharse al Internacional de Porto Alegre, último campeón de la Copa Libertadores. El “Torito” se va muy enfadado por lo que le ha sucedido en la isla, pero sin levantar la voz, como un auténtico caballero. Incluso hoy, cuando los compañeros le han interpelado para que efectuara unas manifestaciones, ha preferido no hacerlo y marcharse en silencio. Se va un gran profesional y, en mi juicio, un delantero centro excelente que ha recibido un trato injusto e inexplicable por parte del entrenador.

Michael Laudrup está haciendo una campaña por encima de las posibilidades reales de esta plantilla. Un diez en esto. Sin embargo, su manejo del vestuario deja mucho que desear. En especial su comportamiento con Fernando Cavenaghi. Es cierto que el argentino llegó falto de forma y pasado de peso, pero ha puesto todo de su parte para ponerse al nivel del resto de jugadores prescindiendo incluso de parte de sus vacaciones navideñas, y en los pocos ratos de los que ha dispuesto ha demostrado su olfato goleador. Seis tantos en un par de ratitos no es un mal bagaje para un futbolista que no ha sido tratado como el resto de sus compañeros.

El 27 de octubre Cavenaghi jugó como titular ante el Sporting en partido de Copa. Marcó dos goles y fue sustituido a los 75 minutos por Sergi Enrich. No volvió a ser titular hasta el seis de enero, también en Copa, ante el Almería. Volvió a marcar dos goles y volvió a desaparecer. Desde entonces apenas ha disfrutado de 17 minutos en el Vicente Calderón. Debe ser un caso único en el fútbol. Es un delantero al que el entrenador castiga por marcar goles.

Cavenaghi ha tratado hasta el final de rebelarse ante esta situación a base de trabajo en los entrenamientos, porque su entrenador no le dejaba demostrar nada sobre el terreno de juego, pero el domingo cayó la gota que derramó el vaso. En un momento del partido ante el Real Madrid Gonzalo Castro tuvo que ser atendido. Durante un rato pareció que no podría volver al terreno de juego, y Laudrup tomó la decisión de poner a alguien a calentar por si acaso. El elegido fue Sergi Enrich. Cavenaghi siguió sentado en su sitio. Ahí se dio cuenta el “Torito” de que no había nada que hacer. Daba igual que marcara cinco goles en diez minutos. Era carne de banquillo. Por eso después del partido -os lo comentaba el domingo por la noche- se dirigió a Serra Ferrer y le comunicó su decisión. Y ayer miércoles su representante Néstor Sivori cerró su marcha con el vicepresidente. Era imposible decirle que no.

Al club no le ha sentado nada bien el comportamiento de Laudrup con Cavenaghi. De hecho, sospecha que pueda estar pasando algo parecido con Ratinho. Al danés le han dado todo el poder y no quieren que en ningún momento pueda acusarles de interferir en su trabajo, pero en los despachos todos tienen la impresión de que Cavenaghi podría haber sido mucho mejor aprovechado. No es de recibo que el pasado domingo, con 1-0 en contra y el Madrid encerrado, no se le utilice ni un solo minuto. Por eso, cuando ayer Néstor Sívori le pidió a Serra Ferrer que accediera a darle la baja, el vicepresidente no tenía poder moral para decirle que no.

No sé por qué Laudrup ha actuado así. A mí desde fuera me parece un tipo muy razonable y lógico, pero lo que ha hecho con Cavenaghi no es justo. Ni para el futbolista ni para el equipo. Veremos quién viene al final. Ojalá sea Jo Alves, que es el sueño de Serra Ferrer, pero si por desgracia el Mallorca debe conformarse con un delantero de segunda o tercera fila, el entrenador tendrá muchas explicaciones que dar. La segunda vuelta es larga y dura. Muy dura. Espero que no echemos de menos los goles de Fernando Cavenaghi.

Futboldesdemallorca.com

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