España: Casillas; Albiol, Piqué, Marchena, Capdevila; Senna; Cesc, Xavi, Silva (Mata, 78’); Torres (Güiza, 59’) y Villa (Cazorla, 66’).

Estonia: Pareiko; Sisov (Jaager, 65’), Rähn, Piiroja, Kurglov; Kink (Lindpere, 70’), Oper, Vunk, Vassiljev; Klavan y Zenjov (Voskoboinikov, 46’).

Goles.

1-0 (32 minutos).- Pared Cesc-Silva-Cesc, que remacha éste de tiro raso y cruzado.

2-0 (82 minutos).- Cazorla porfía por un balón y lo remata por bajo.

3-0 (89 minutos).- Centro largo desde la izquierda que Mata para en la derecha y que aprovecha para disparar cruzado con la zurda.

Árbitro.- El colegiado ucraniano Oriekhov. Amonestó a Piiroja (14’), Vassiljev (50’) y Rähn (53’), todos por entradas duras.

Campo.- Estadio Romano de Mérida. Lleno. Noche muy calurosa.

España bate claramente (3-0) a Estonia y se aprovecha del empate (1-1) entre Bosnia y Turquía para ganar el billete a Sudáfrica.

La selección tuvo que trabajar mucho para superar a los estonios y lo logró con las dianas de tres infrecuentes: Cesc, Cazorla y Mata.

La selección española ha conseguido esta noche en el Estadio Romano de Mérida su pase a la fase final de la Copa Mundial de Sudáfrica 2010. Será la décimo cuarta que dispute (1934, 1938, 1950, 1962, 1966, 1978, 1982, 1986, 1990, 1994, 1998, 2002, 2006 y 2010), nueve de ellas de forma consecutiva. El éxito anticipado culmina la racha imponente de un equipo que en el recinto extremeño ha sellado su pase a la ronda final en un duelo de esfuerzo, disputado, físico y en el que los estonios han creado muchas más dificultades de las previstas. Las tres dianas españolas han sido obra de tres jugadores a los que se tiene por alternativas, aunque el gran valor de este colectivo sea, precisamente, que no se aprecian las diferencias. Cesc, Cazorla y Mata han rubricado la superioridad española en un duelo que ha tenido que ganar a base de la superioridad técnica que posee, pero, también, a base de mucho sudor en una noche muy calurosa.

Antes de comenzar el partido, España ya se sabía que se había producido lo que se deseaba más que lo que se esperaba: Bosnia Herzegovina había hecho tablas (1-1) con Turquía, lo que clasificaba a España si ganaba a Estonia. Bajo ese clima de confianza empezó a jugarse el partido, que tuvo siempre un marcado dominio español ante una fuerte resistencia estonia. En contra de lo que parecían demostrar los números que abren un abismo entre ambos equipos, el de Tarmo Ruutli no se achicó, trató de aprovechar su imponente físico e incluso inquietó en los primeros minutos más incluso que los de Vicente del Bosque. España se encontró con un rival incómodo, bien cerrado, con mucho pulmón y que nunca cedió espacios atrás. Pudo abrirlos Torres en tres ocasiones consecutivas, pero no encontró el camino del gol. A los 32 minutos, una pared entre Cesc y Silva la rubricó aquél con un disparo cruzado. El 1-0 clasificaba directamente a España.

La segunda mitad mostró a una Estonia decidida a dar una sorpresa o, cuando menos, a no facilitar paso alguno adelante a los españoles. Xavi ejerció como conductor, pero los estonios no cedieron un milímetro ni en sus asfixiantes marcajes ni en su entrega y hasta resultaron más ásperos de lo previsto. Fueron incómodos de principio a fin, pero su ir y venir en busca del balón y su presión atosigante no podían mantenerse siempre. Un balón que porfió Cazorla y un durísimo disparo de Mata, ambos tantos muy al final del choque, aclararon el panorama y sellaron una victoria holgada en el marcador y no tanto sobre el campo, donde España tuvo que esforzarse mucho más de lo que en teoría podía haber deparado la noche.

El triunfo sobre Estonia que clasifica a España por sexta vez consecutiva en mandatos de Ángel Villar (1990, 1994, 1998, 2002, 2006 y 2010) le permitirá viajar a sus dos últimas citas en Bosnia Herzegovina y Armenia ya con el ticket del Mundial 2010 en su bolsillo. Es el premio mayor y más que merecido de un grupo inolvidable, que a la Eurocopa 2008 suma ahora su presencia en la más grande cita del fútbol cuatrienal. Más no se puede pedir. Más no se debe pedir. De momento. España ha hecho pleno en esta ronda clasificatoria: ocho victorias en ocho partidos, un suceso espectacular que merece todos los parabienes. Lo que viene a partir de ahora será otra cosa. Y tiene buena pinta.

RFEF