
Alineaciones:
SD Formentera: Carlos Manuel Pérez, Enrique Ferreres, Cristian Abreu, Alberto Gorriz, Raul Arroyo, Gianluca Vaccarini, Anthony Peter, Santiago Rinaldi, Sami El Ouarit, Fernando Nahuel Losada y Jay Kai Romero Sanchez Reinoso.
Sustituciones: Mario Rafael por Alberto Gorriz (min.46), Adrián Gabriel por Sami El Ouarit (min.67) y Joaquín Braga por Raul Arroyo (min.77)
UE Alcudia: Bartomeu Villarreal, Francesc J Vaz, Bernat Rossello, Cristòfol Rigo, Ruben Castro, Miquel Ripoll, Adrian Núñez, Sadri Gashi, Adrian M Jiménez, Enric Sanchez y Mateu Bibiloni.
Sustituciones: Javier Martinez por Adrián Núñez (min.60), Felipe Arana por Enric Sanchez (min.82), Daniel Perez por Sadri Gashi (min.82), Iker Jiménez por Bernat Rossello (min.89) y Alex Hofmann por Adrián M Jiménez (min.89)
Goles: 1-0 Fernando Nahuel (min 15) y 2-0 Enrique Ferreres (min 82)
Árbitro: Alejandro Rodríguez Christiansen. asistido por Tomeu Sans Pol y Oussama Haj Moussa.
Tarjetas: Fernando Nahuel (amarilla, min 9), Cristian Abreu (amarilla, min 48), Sami El Ouarit (amarilla, min 64) y Raul Arroyo (amarilla, min 71) para el Formentera.
Comentario:
El Formentera necesitaba un partido así como el aire que se respira: una victoria que hiciera de catarsis tras un arranque que había dejado más dudas que certezas. Pero este domingo, por fin, el equipo de Maikel Romero soltó amarras, levantó la cabeza y, sobre todo, sumó de tres. Un 2-0 solvente ante el Alcúdia que sabe a liberación, a golpe en la mesa y a reencuentro con la versión más reconocible del cuadro rojinegro.
Y es que, después de tres empates y una derrota, el Formentera por fin estrenó su casillero de triunfos. Lo hizo en casa, ante su gente, con una imagen seria y competitiva de principio a fin. No fue un baño, pero sí una muestra de oficio. Porque cuando hay que salir del barro, no se trata solo de jugar bonito: hay que apretar los dientes, correr más que el rival y no fallar en las áreas. Y eso fue lo que hicieron los de Maikel.
Losada fue el encargado de abrir la lata a los 15 minutos de juego. Un tanto con sabor a alivio, que desató un grito contenido desde hace semanas. El gol dio alas al Formentera, que a partir de ahí manejó los tempos del partido con cabeza y corazón. El Alcúdia amagó con inquietar, pero se topó con una defensa local muy bien plantada y con un equipo que no estaba dispuesto a dejar escapar el botín.
El segundo llegó en la recta final, cuando el cronómetro apretaba y el miedo al empate rondaba el ambiente. Pero apareció Kike Ferreres desde los once metros para poner la sentencia. Penalti y a la red. Como mandan los cánones. El tanto del futbolista rojinegro desató la euforia en las gradas, que celebraron la victoria como si fuera una final. Y no era para menos.
Redacción




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