
Alineaciones:
Formentera: Carlos Manuel PÉrez, Mario Rafael Pineda, Cristian Abreu, Joaquin Braga, Raul Arroyo, Cristian Tello, Gianluca Vaccarini, Anthony Peter, Fernando Nahuel Losada, Jose Filgueira y Jay Kai Romero Sanchez Reinoso.
Sustituciones: David Sanz por Jay Kai Romero Sanchez Reinoso (min.51), Santiago Rinaldi por Raul Arroyo (min.51), Alberto Gorriz por Joaquin Braga (min.51) y Enrique Ferreres por Cristian Tello (min.77)
Santanyi: Miguel Amengual, LlorenÇ Canaves, Pablo Molina, Sergio Contreras, Alejandro Alvarez, Ayoub El Mkadmi, Carlos Gonzalez, Gabriel Vidal, Juan Cifre, Javier Nebot y Alejandro Exposito.
Sustituciones: Prudence Edosa por Ayoub El Mkadmi (min.60), Daniel Thomas por Alejandro Exposito (min.83), Pau Davia por Carlos Gonzalez (min.90) y Miquel Fiol por Javier Nebot (min.90)
Árbitro: Antoni Magi Bordoy Diaz. asistido por Pedro Juan Moreno Valero y Adrian Fernandez Jaume.
Tarjetas: Fernando Nahuel (amarilla, min 26), Alberto Gorriz (amarilla, min 67), David Sanz (amarilla, min 82), Enrique Ferreres (amarilla, min 90) y Cristian Abreu (amarilla, min 90) para el Formentera. Pablo Molina (amarilla, min 90) para el Santanyi.
Comentario:
La ilusión de convertir el Municipal en un fortín se desinfló este domingo con un empate sin goles que dejó al Formentera a medio camino entre la ambición y la frustración. Ante su gente, con el viento a favor tras la victoria contra el Alcúdia, el equipo pitiuso no logró romper el muro de un Santanyí disciplinado que se llevó el punto que vino a buscar.
El cero a cero final no fue por falta de voluntad. El Formentera llevó el peso del partido, dominó tramos amplios del encuentro y generó suficientes situaciones como para merecer algo más. Pero el gol, ese juez implacable, les volvió la espalda. Las ocasiones se sucedieron sin premio, entre imprecisiones en el último pase, disparos que rozaron el larguero y un guardameta visitante que estuvo siempre donde tenía que estar.
Pese al empuje local, el duelo fue espesándose con el paso de los minutos. El Santanyí supo enfriar el ritmo cuando más lo necesitaba y ofreció una lección de resistencia táctica, cerrando espacios y limitando riesgos. La propuesta no fue vistosa, pero sí efectiva: enfangar el juego y salir indemne de un escenario que aprieta.
El empate deja al Formentera con un sabor amargo. No solo por los puntos que vuelan, sino por la sensación de oportunidad perdida. Encadenar dos triunfos seguidos habría supuesto un impulso emocional importante para un grupo que sigue buscándose a sí mismo en este arranque de temporada.
Redacción




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