
Alineaciones:
Porreres: Pau Socias, Guillermo Romaguera, Javier Moreno, Alejandro Alvarez, Daniel Amengual, Alberto Castaño, Luis Salvador Alomar, Jose Enrique Caicedo, Joan Sorell, Daniel Lopez y Federico Lussenhoff.
Sustituciones: Fernando Expósito por Joan Sorell (min.51), David Riera por Federico Lussenhoff (min.60), Pedro Ramon por (min.60), Sergi Martin por Daniel Amengual (min.74) y Manuel Cruz por Alberto Castaño (min.74)
PE Sant Jordi: Adrián Rojo, Juan A Ramon, Elías Javier, Ignacio Rosillo, Federico Damian, Alesandro Nicolás, Sergi De Dalmases, Fernando Gutierrez, Xairo Rial, Toni Riera y Walter A Gonzalez.
Sustituciones: Juan Martin por Walter A Gonzalez (min.45), Agustin Carella por Xairo Rial (min.45), Nyankoye Michel por Toni Riera (min.63), Emmanuel Agustin por Federico Damián (min.70) y Ivan Bonet por Sergi De Dalmases (min.85)
Goles: 1-0 Luis Salvador (min 2), 1-1 Alesandro Nicolás (min 43), 2-1 Alejandro Alvarez (min 52) y 3-1 Luis Salvador (min 67)
Árbitro: Pau Muntaner Ruiz. asistido por Bernardino Serra Almodovar y Tomeu Sans Pol.
Tarjetas: Federico Lussenhoff (amarilla, min 57) y Luis Salvador (amarilla, min 83) para el Porreres. Toni Riera (amarilla, min 19), Juan A Ramon (amarilla, min 31) y Sergi De Dalmases (roja, min 81) para el PE Sant Jordi.
Comentario:
No pudo ser. El Sant Jordi ha firmado su adiós a la Tercera RFEF tras un curso en el que nunca dejó de luchar. El descenso se consumó en Porreres, donde el equipo verdinegro cayó por 3-1, dejando atrás su sueño de seguir compitiendo entre los grandes del fútbol balear.
El partido empezó con un mazazo. Apenas habían pasado unos minutos cuando Alomar, con la frescura de quien juega sin la presión del abismo, adelantó al Porreres. Pero el Sant Jordi, como tantas otras veces esta temporada, no bajó los brazos. A pesar del golpe, los de Carlos Tomás se rehicieron y encontraron el empate justo antes del descanso gracias a Luzzi, que aprovechó un balón suelto para poner el 1-1 y alimentar la esperanza.
Esa esperanza, sin embargo, duró poco. Los mallorquines, más efectivos que brillantes, golpearon de nuevo tras el paso por vestuarios. Primero Álvarez, luego otra vez Alomar. Dos zarpazos que rompieron el alma de un equipo que ha dado la cara hasta el final.
No hay reproches. Ni para el cuerpo técnico, ni para los jugadores, ni para la afición. El Sant Jordi ha peleado en cada campo, en cada partido, con lo que tenía. Ha vivido momentos difíciles, sí, pero también ha sabido competir y crecer en una categoría exigente que no perdona errores.
El último capítulo del curso llegará la semana que viene en el Kiko Serra, frente al Constància. Será un partido para cerrar la temporada en casa, para agradecer el apoyo de los fieles y, quizá, para empezar a construir el regreso. Porque esta historia no termina aquí. El escudo, el pueblo y el orgullo siguen intactos.
Redacción
Fotos de Xisca G. par Fútbol Balear.
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