No empieza bien Utz Claassen con su famosa querella. Rechazada por el juez por un defecto de forma, ha instado al alemán a presentarse personalmente en el juzgado con la documentación adecuada, y le da un plazo de diez días para hacerlo. Al parecer, falta un poder notarial.

Una vez más todo huele muy mal. Es lo mismo que lo que sucede con el convenio de acreedores, impugnado por Delta Sport porque los administradores se equivocaron en 15 días al sumar el plazo de cinco años en el que deben cobrar los acreedores ordinarios. Me cuesta mucho creer que el ejército de abogados del señor Claassen -experto por otra parte en interponer demandas y querellas- cometa un error de este calibre.

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