Margalida Fornés

El enfado de Nando Pons con Mateo Alemany ha tomado un nuevo rumbo y se ha convertido en una discusión abierta entre el director deportivo del Mallorca y el propietario y consejero delegado del club.

Pons está muy nervioso por la negociación que mantiene el máximo accionista bermellón con Llorenç Serra Ferrer de cara a la posible compra del Mallorca por parte del grupo inversor cuya cabeza visible es el entrenador poblense.

El director deportivo sospecha que él no entraría dentro de los planes del que fuera técnico del Mallorca y por eso trata, a toda costa, de influir en Alemany y convencerle para que no venda el club al grupo de Serra Ferrer. Pons teme que si llega el de Sa Pobla, a él le echen a la calle.

Por su parte el grupo del entrenador poblense está dando, eso sí con cautela y sin ninguna prisa, los pasos necesarios para conocer el estado real de las cuentas del club después y saber a cuánto ascenderá su deuda después de la intervención judicial con motivo del concurso de acreedores. Algunas fuentes del club señalan que ésta podría incluso llegar a rebajarse un 50%.

Serra no quiere cometer los errores del pasado porque no está dispuesto a que ocurra lo del verano pasado cuando tras mantener diversas conversaciones en nombre del grupo al que representa para comprar con el club, la operación se fue al traste.

En la discusión mantenida por Pons con Alemany, el director deportivo le llegó a decir al propietario del club que se iba a buscar un abogado a lo que éste le respondió que lo buscara, al igual que había hecho Manzano.

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