Menos de un día ha tardado el ayuntamiento de Manacor en acudir al rescate del club tras hacerse público que la plantilla se negaba a entrenar y jugar hasta que no recibiese lo que les adeudan.

La solución llegará a través de una subvención del Consistorio, que servirá para que la directiva que preside Vicenç Acuñas entregue pagarés a los jugadores. Los jugadores cobrarán, si no ocurre nada extraño, a finales de febrero.

El Manacor, líder de Preferente y claro candidato al ascenso, fichó a bombo y platillo este pasado verano para construir una plantilla que podría estar en los puestos altos de 3ª. Sin embargo, los jugadores sólo habían cobrado una mínima cantidad y decidieron plantarse. Hasta que ha aparecido el ayuntamiento.

Lo más preocupante de esta situación es que el alcalde Toni Pastor, que en su día fue jugador del Manacor y que juega incluso con los veteranos del club (Foto: Futbolbalear.es), ha decidido solucionar con el dinero público los desmanes (entiéndase las promesas incumplidas de pago) de una directiva que no ha sabido hacer su gestión y que llevaban al club hacia la desaparición.

¿Es lícito que las instituciones intervengan?

Que el histórico Manacor no se muera es una grandísima noticia. Pero surgen varias preguntas. ¿Es lícito que las instituciones usen el dinero público para beneficio de unos pocos? ¿Está la competición adulterada porque unos equipos reciben ayuda pública y otros no? ¿Qué hace la Federación Balear para evitar estos casos? ¿Las instituciones -Govern, Consell, ayuntamientos-, qué mecanismos han previsto para que esto no suceda o para vigilar qué uso se hace con sus subvenciones?

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