Alineaciones:
UD Ibiza: Ramón Juan; Unai Medina, Iago Indias, Nacho González, Albert (Mounir, 70′); Ernesto Gómez (Fersura, 46′), David del Pozo, Álex Gallar (Señé, 46′), D. García (Del Olmo, 46′), Bebé; Davo (Sofiane, 80′).
Villarreal CF «B»:Kinareikin; Budesca (Bonafé, 74′), Lautaro, Valou, Eneko Ortiz; Víctor Moreno, Alassane, Facundo Viveros, Pablo Pascual (Thiam, 74′), Hugo López (Gaitán, 67′); Albert García.
Árbitro: Ignacio De Santisteban Adame asistido en bandas por Leonardo González Cayón y Víctor Manuel Morey García. 4º árbitro Sergi Rimbau Guillaumes.
Tarjetas: Amarillas a los locales D. García(32′), Nacho González(53′) y Fersura(90′) y a los visitantes Gaitán(72′), Bonafé(82′) y Valou(90′).
Campo: Can Misses.
Comentario:
La UD Ibiza necesitaba ganar para no seguir desangrándose, pero volvió a quedarse a medio camino y gracias ante un Villarreal B que le retrató durante demasiados minutos en Can Misses. El empate sin goles no maquilla una realidad cada vez más cruda: el Ibiza ya no impone, no intimida y ni siquiera compite con los argumentos mínimos que exige la Primera Federación.
El primer tiempo fue un ejercicio de impotencia local. El filial amarillo manejó el balón, el ritmo y los espacios con una facilidad alarmante, mientras Ramón Juan sostenía al equipo con intervenciones decisivas. Dos goles anulados por fuera de juego evitaron un marcador que habría sido demoledor al descanso. El Ibiza corría detrás de sombras, sin orden ni criterio, superado en el centro del campo y sin capacidad para enlazar dos pases seguidos.
En ataque, el panorama fue aún más desolador. Gallar, titular por primera vez, simbolizó la parálisis ofensiva: lento, previsible y errático, incapaz de marcar diferencias. Ernesto tampoco aportó profundidad y Bebé y Davo quedaron aislados, sin suministro ni contexto para explotar sus virtudes. El Ibiza atacaba mal y defendía peor.
Tras el descanso, los cambios dieron algo más de posesión, pero no soluciones. El poste evitó el gol de Davo en un arranque prometedor que pronto se diluyó. El equipo siguió jugando a cámara lenta, sin verticalidad ni recursos a balón parado. El Villarreal B, sin dominar tanto, volvió a rondar el gol y obligó otra vez a Ramón Juan a intervenir.
El tramo final fue un reflejo de la temporada: confusión, prisas y cero colmillo. El empate deja al Ibiza atrapado en el descenso y con la sensación de que el problema va mucho más allá de una mala racha. Se acaba el año y la imagen de equipo poderoso es ya un recuerdo lejano. En Can Misses urge una reacción profunda o el drama será inevitable.
Redacción




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