Crónica 2ª Federación: SD Ibiza Islas Pitiusas 1-1 UE Porreres

Alineaciones:

SD Ibiza Islas Pitiusas: Rimvydas; Adrián López, Cristian Cruz, Jaume Villar (Mario Fernández, 58’), Álex Sánchez, Gilbert (Raúl, 46’), Diego Jiménez, Montalbán (Marquitos, 65’), Teo James (Tomás Bourdal, 78’), Manel Martínez (Lorenzo, 46’) y Pepe Bernal.

UE Porreres: Víctor Méndez; Jorge, Xisco Gari, Bengoecha (Romano, 68’), Antonio Poo, Sergi Martín, Garry (Alberto García, 68’), Albert Sastre, Javi Cobo (Álex Marcos, 82’), Pau Mascaró (Climent Noguera, 77’) y Guize.

Goles: 0-1 Pau Mascaró(32′), 1-1 Diego Jiménez(94′).

Árbitro: Juan José Lindón Rocamora asistido en banda por Ismael Fernández Mateos y José Francisco Ortuño Meseguer.

Tarjetas: amarilla los locales Cristian Cruz(26′) y Juan José López(84′)(2ºE) y a los visitantes Javi Cobo(66′) y Romano(87′).

Incidencias: Sant Rafel.

Comentario:

El guion se torció demasiado pronto para los de Raúl Casañ. En pleno tramo inicial, cuando aún se buscaban las sensaciones en un terreno siempre incómodo, Rubén Enri rompió el partido con una acción vertical que desnudó a la defensa visitante. El punta olotense, que ya había dejado un aviso serio, se coló entre líneas y batió a un Kiri que nada pudo hacer en el mano a mano.

Con el 1-0 en contra, al Ibiza no le quedó otra que remar contracorriente. Lo intentó tímidamente antes del descanso, con una llegada de Diego Jiménez que obligó a Ballesté a estirarse, pero la sensación general era que los locales pisaban el área con mayor determinación. Cada aproximación del Olot llevaba veneno, y solo la seguridad del meta ibicenco evitó que la herida fuese mayor antes del intermedio.

El paso por vestuarios trajo movimientos desde el banquillo visitante en busca de más pólvora, pero la realidad es que el dominio de las áreas siguió siendo rojillo. Ballesté se agigantó bajo palos para neutralizar un disparo envenenado de Pepe Bernal y desbaratar después otros intentos que pudieron cambiar el signo de la tarde. Mientras tanto, Kiri, con reflejos de gato, mantuvo vivo a los suyos a base de paradas que rozaron lo milagroso.

La contienda se convirtió en un intercambio de golpes sin continuidad, con el Olot sintiéndose cada vez más cómodo defendiendo su renta y una SD Ibiza al que le faltó lucidez en los últimos metros. El cronómetro fue diluyendo las esperanzas de reacción ibicenca y certificó, con el pitido final, el primer tropiezo de la temporada.

La SD Ibiza regresa de tierras gerundenses con una lección de las que curten: en esta categoría no hay margen para las concesiones y cada error se paga caro. El campeonato apenas empieza, pero la derrota deja claro que el camino hacia los objetivos no será un paseo.

Redacción

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