«¿Dónde está el club?»

Marc Badía, fisio del Sporting Mahonés en la última etapa de Segarra, sigue a la espera de que le paguen lo que le deben a pesar de una sentencia a su favor

Marc Badía

Las crisis cerradas con polémica acostumbran a dejar un reguero de damnificados. Agravios comparativos, salidas en falso, desmembramiento social, denuncias, impagos… Impagos que afectan al mismo club, a proveedores, instituciones varias y a los profesionales que se ganan la vida con su trabajo. Es muy posible que estos sean el eslabón más débil.

La crisis del Sporting Mahonés todavía está fresca en la mente de muchos. Como una novela por entregas, la presidencia de Paco Segarra pasó de la ilusión al desastre progresivamente. Y uno de los damnificados es Marc Badía (Balaguer, 1989).

Badía, fisioterapeuta profesional titulado con máster incluido, llegó al Sporting junto con el técnico Lluís Elcacho (ahora en el Formentera) y el preparador físico Gerard Garcés, convencidos por el propio Elcacho -a su vez convencido por Segarra- de que el proyecto del Sporting era “serio, sólido y con futuro”.

Pero todo acabó como acabó. Tras meses de sufrimiento y mal rollo hubo denuncias varias y la AFE intervino a petición de los jugadores. Pero en el caso concreto de Badía, no tuvo más remedio que poner una denuncia por la cual este verano el juez le ha dado la razón: ha de cobrar más de 5.000 euros entre nóminas por su trabajo y diversos emolumentos a los que tiene derecho. Eso, o que le vuelvan a readmitir, algo absolutamente utópico.

Pero cobrar lo que le pertenece también puede ser algo utópico. La sentencia del juez, del pasado 24 de julio, indica que el Sporting Mahonés está “en ignorado paradero”, con lo que la sentencia fue publicada en el BOIB… Sin embargo pasan los meses y Marc no ve un duro. “Puse el tema en manos de mi abogado porque no quería calentarme más la cabeza. Entretanto, me fui de la Isla porque me tenía que ganar la vida. Ahora tengo dos trabajos, en la UE Lleida y en una clínica, pero he llegado a trabajar en los meses de invierno de albañil, en Lleida, porque no tenía otra cosa, a pesar de ser licenciado en fisioterapia y con un máster”, explica Badía.

“Yo no quiero que el club vaya mal, ni nada. Cuando denuncié fue porque veía que no tenía otra opción… Pero la anterior junta no responde, la actual tampoco, encima mi abogado dice que el club tiene problemas con la Seguridad Social y Hacienda. Yo estoy dispuesto a negociar, pero ¿dónde está el club? Es que ni responden”, explica el fisioterapeuta.

La opción de que pueda cobrar del Fogasa “solamente se puede dar si el club se declara insolvente… Y creo que no es el caso”. El Sporting Mahonés intenta salir adelante con una nueva junta. Pero Marc Badía se resigna a que su caso siga ‘sine die’.

 

 

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