«EL FÚTBOL NO ESTÁ PARA ESTAS BOBADAS»

Celebracion de un gol

Leí, con absoluta sorpresa, la noticia de que la Liga Profesional de Fútbol ha autorizado este acuerdo: “Burger King premiará al futbolista de la Liga BBVA o la Liga Adelante más original en sus celebraciones”. ¿En qué favorece este asunto a los profesionales del fútbol? ¿Los dignifica en su profesión?. No comprendo, no acepto, que esta pantomima haya sido autorizada por las autoridades oficiales del fútbol. Y me resulta deprimente que los profesionales del fútbol quieran prestarse a esa representación teatral. Creo que en este asunto hasta debiera intervenir el sindicado AFE para oponerse a esta sinrazón deportiva.

El marketing es una cosa y el hecho deportivo es otro asunto. Se puede premiar cualquier acción notable de un partido pero no una teatralización que no tiene nada de deportiva. Sencillamente, está fuera de lugar. Para ser más contundente, a mi me parece una “horterización” (De hortera) del fútbol actual. El gol es lo máximo de un partido de fútbol, un acto noble y competido, requiere un reconocimiento tanto de los compañeros como de la afición de una manera natural, sin estridencias, pero no procede en un campo de fútbol representar figuras ficticias para la galería. No viene a cuento. Cualquier coreografía invita al “cachondeo” y no incorpora seriedad a este deporte. Creo que esta decisión es una irresponsabilidad y una falta de respeto al fútbol.

Incluso la celebración excesiva de un gol puede molestar a los contrarios, en alguna forma puede ser irrespetuosa, incluso denigrar con las manifestaciones que llegan a la ridiculización. Se nos llega a olvidar que en un partido de fútbol hay dos equipos, uno que gana y otro que pierde. Uno que golea y otro que es goleado. El que goza con los goles conseguidos debe saber que el otro siempre sufrirá las consecuencias. Y viceversa. No es nada agradable que se mofen unos profesionales delante de otros, que se “chuleen” entre ellos con actos impropios de un deportista. Porque, a partir de ahí, pueden venir actos indeseados en el propio partido.

De pronto, el goleador saca una hamburguesa de dentro de sus pantalones, un pan redondo con carne, lechuga, cebolla, ketchup y mostaza, todo ello chorreando por los laterales… El futbolista triunfador, todo manchado con un mugre indescriptible en sus partes más nobles, exhibe su celebración con cara de felicidad. En función de la coreografía puede ganar un premio, al fin y al cabo se trata de llamar estrambóticamente la atención. Definitivamente, estas “pachotadas” no dignifican a nadie. El elenco de técnicos futbolísticos tendrá que ampliar sus especialistas: Un director artístico. Insisto, el marketing debería meterse en otras cuestiones porque esto raya en degeneración del acto deportivo en un campo de fútbol.

En realidad podrían premiarse otros logros: La estética de una jugada en concreto, el mejor tiro a puerta, el más brillante remate de cabeza, la mejor combinación de un equipo anterior al gol conseguido, la mejor palomita de un portero… Pero, hasta ahí… Una mera representación ficticia de la alegría por un gol es teatro y no fútbol. La afición reirá las gracias a sus jugadores pero no creo que les agraden dichas representaciones de los jugadores contrarios. He aquí un nuevo motivo a vigilar por razones de seguridad pues los ánimos se pueden soliviantar. Un ejemplo de este “cachondeo” lo tenemos en la noticia que se publica el día 3.noviembre.2010: “República Checa. Los jugadores del Lisen, de tercera división checa, que vencían 3-0 al Jihlava B, decidieron, al grito de “Kotoul” (rodillo), dar todos una voltereta en el césped”. ¡Viva el fútbol competitivo…!

Supongo que esta iniciativa no estará permitida por las normas de competición porque estos gestos inapropiados deben ser castigados con las correspondientes tarjetas, del color que corresponda. Esta degeneración del espectáculo deportivo hace daño a los contendientes, a sus aficiones y al fútbol en general. Aunque al parecer, un equipo finlandés de poca calidad futbolística está alcanzando el cenit en sus representaciones “tontunas”. ¿No sería mejor que ese tiempo de teatro lo dedicasen a mejorar la técnica?

Definitivamente me quedo con aquel pensamiento que decía: “”La vida se vuelve una fiesta, cuando sabes disfrutar de las cosas normales de la vida”. ¿No sería más noble incentivar la mejora del espectáculo deportivo?

MAROGAR (Noviembre.2010)

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